🔅Diciembre 2

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Erwin calentaba el agua para el té, mientras Levi se terminaba de dar un buen baño, el agua sucia caía por toda su piel, se sentía fresco de nuevo, mientras terminaba pensaba en su amiga, ¿realmente estaba bien? Una pregunta que rondaba en su mente.

- Levi... si sigues gastando agua ya no quedará para mí, si quieres hablar ya sabes que estoy acá. - dijo asomándose a la puerta.

- Oh, si lo lamento. - dijo cerrando la llave rápidamente. - Y gracias por tu apoyo... cuando termines mi té date un buen baño, luego hablamos. - dijo mientras tomaba la toalla.

Levi salió de la ducha y fue al cuarto para cambiarse, el aroma del té lo relajaba así que apresuró a cambiarse para ir a tomar una taza.

- El té está sobre la mesa... dame 15 minutos y voy contigo. - exclamó el rubio que ya se encontraba en la ducha.

- Que sean 10... - Levi exclamó dirigiéndose al pequeño comedor.

Durante los próximos 5 minutos Levi soplaba su té y lo meneaba con su cuchara, había tanto frío que ni su suéter le daba calor, bebió un poco y eso le ayudó a sentirse mucho mejor, Levi se terminó su taza sin darse cuenta, seguía pensando en cómo podría apoyar a su amiga, hace un tiempo atrás un hombre logró que le devolvieran a su hija, pero... ¿Cómo?
¿Qué había hecho para que unas personas tan crueles le devolvieran a su hija? Levi recordaba aquel suceso.

- Sigues pensando en Hange, cierto? - el rubio lo sacó de sus pensamientos.

- Si... recuerdas aquel hombre al que le devolvieron a su hija? - preguntó acercándose a él.

- Hablas sobre el Sr. Blouse? - respondió mirándolo de forma curiosa.

- ¿Si..! Quiero preguntarle qué hizo. - finalizó apoyando sus codos sobre la mesa.

- El ya no trabaja en las minas... nadie sabe de él desde hace medio año, desde que recuperó a su hija... - dijo pensativo.

- Quiero buscarlo... Erwin quiero sacar a Hange de ahí, siento que algo no está bien. - exclamó viendo directamente a esos ojos azules.

- Levi... es arriesgado, no quiero que te pase nada malo, mañana lo hablamos mejor, si?
- mencionó viendo la hora.

- No hay nada que hablar... aprovechando nuestro día libre buscaremos al Sr. Blouse.
- sentenció levantándose del comedor.

Erwin ya no dijo nada y solo vio cómo el pelinegro se retiraba del lugar, se quedó solo unos minutos y al terminar su té se dirigió a la habitación también.

Ya estaba oscuro ahí dentro, la luces de afuera ya estaban apagadas así que con una pequeña vela iluminó un poco la habitación. Se acomodó en la cama y antes de apagar la vela se acercó a Levi.

- Debes dormir... mañana tendremos un largo camino por recorrer. - susurró cerca del pelinegro, que aunque sus ojos estuvieran cerrados, Erwin sabía que no estaba dormido.

- Gracias por aceptar acompañarme... - Levi susurró y bajo la luz tenue una pequeña sonrisa se hizo notar.

- Descansa... - le sonrió de vuelta.


[...]


La luz del sol entró por la pequeña ventana, que logró que ambos despertaran, y por el frío de la noche Levi se encontraba junto a la espalda del mayor.

- Ah.. lo lamento, no creí que me movería tanto. - dijo separándose rápidamente.

- No hay problema... me sentí más cálido al tenerte tan cerca. - dijo volteándolo a ver con una cara aún somnolienta.

• 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 • • eruri •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora