03•Ayuda•

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Nerea

- ¿Como no me dijiste que tenias un hermano? - dijo Cesar enfadado. - he quedado como un completo imbécil.

- Lo siento, se me paso por completo.

- ¿Como se te puede olvidar que tienes un hermano Ne? Es imposible.

- Llevo siete años sin verle y todavía no me digas que es imposible olvidarse por que no es así. Llevo esperando años que mi hermano llegara para quedarse y ese día nunca llegó - contesté ya con un tono de voz alto y poniéndome roja de la furia - Me quedaba horas en casa pensando que volvería. Hasta que llegaste tu e hiciste que mis tantas preocupaciones cesaran de una vez. Y olvidara.

Nos quedamos en silencio. Me contaba respirar de la carrerilla que había cogido para soltarlo todo de golpe y no torturarme más. Cesar me miraba con cara de lástima y de haberla cagado hasta el fondo.

- Si me lo hubieras dicho podría haberte ayudado.

- Pero las cosas no son así. Nada es tan fácil - las lágrimas caían de poco en poco por mis mejillas y Cesar se acercó para abrazarme. Me aferré a él y me besó en la frente. Me agarró de la barbilla para que le mirara.

- ¿Porqué lloras?

- Han sido siete años muy duros y verle ahora, de nuevo en casa, es como... Es como si mis plegarias de que volviera a casa se han echo realidad. - Me separé de él y sequé con cuidado las lágrimas. Cesar se acercó de nuevo y me besó muy suave y tierno haciendo que me perdiera en sus labios carnosos. Volvimos el beso más apasionado pero continuaba siendo suave. Le quería, quería pasar su vida con él y formar una familia. Cesar le había dado todo lo que ella nunca creía que tendría. Una vida de cuento.

Oímos un sonido de garganta como un carraspeo, llamándonos la atención, nos separamos y vimos a Steven avergonzado por la escena.

- Siento interrumpir de verdad pero ¿Me la concedes un rato? - preguntó Steven.

- Claro - Cesar me dio un tierno beso en los labios y se fue junto a mi padres que le llamaban para presentarle a más gente.

                                  ~•~

Fuimos caminando hasta llegar a la placita de las rosas donde jugábamos horas y horas de niños. Saltando los bancos lo más rápido que podíamos para ver quien ganaba hasta que alguno se caía al tropezar o no pisar lo suficiente el siguiente banco como para mantener el equilibrio. Pero nunca llegamos rompernos nada, teniendo la fama de ser de huesos duros o eso era lo que decía mi abuelo. Mis padres no tuvieron problemas con nosotros como otras. familias que tiene un hijo y una hija que se pelean siempre, pues no. Steven y yo estábamos muy unido, él siempre jugaba conmigo a las muñecas y yo siempre jugaba con él a los coches .

-¿Te acuerdas de este sitio? - me preguntó.

- Como para no acordarme - reí y señale un árbol de gran altura - Cuando tu tenias siete años y yo seis te subiste a ese árbol, resbalaste y caíste de cabeza al suelo, haciéndote la brecha que tienes en la ceja.

Steven soltó una sonrisa tímida y me miró como cuando una persona tiene miedo e intenta ocultarlo al mundo.

-¿Que sucede? - le pregunté

- Quería hablar contigo sobre estos años que no estuve a tu lado. Sé que te hice falta en muchos momentos difíciles pero eres fuerte y ya no eres una niña para saber lo que tienes que hacer y que es lo mejor para ti. - Hizo una pausa- Quiero volver a formar parte de tu vida así que decidí hacer algo.

- Stev no tienes que hacer nada por mí. Estoy bien, te he echado mucho de menos pero no voy a hacer que cambies tu vida por mí.

- Lo sé, pero ya es tarde - comenzó a sonreír de nuevo y me agarró de las manos. - Me traslado de nuevo a Madrid. Van a abrir una base de aeronáutica aquí y lo pedí. ¿Y sabes que? Me lo concedieron.

Me solté de sus manos y le abracé. Me dolía la idea de que dejara de trabajar en Londres para venirse aquí conmigo. Sabia que vivía muy bien allí y no le hacia falta de nada pero me encantaba la idea de que hiciera tal sacrificio por volver con su familia.

- Me alegro muchísimo ¿Se lo dijiste a papá y mamá?

- Sí, ellos ya lo saben desde hace dos meses. Me ayudaron a hacer el traslado. Ya soy ciudadano de Madrid.

Nos reímos y volví a abrazarle. Un pinchazo en el pecho me hizo separarme bruscamente de él.

- ¿Estas bien? - me pregunto preocupado

- Sí, solo ha sido un pequeño pinchazo nada más.

El dolor paso de ser pinchazos a extenderse por toda la zona consumiendome. Aumentó y aumentó hasta que consiguió que me llegó el miedo.

- ¿Que te pasa Ne? - dijo agarrándome del brazo para no caerme

- Stev..... Me duele - dije llorando - Me duele mucho..

Caí al suelo de golpe pero el agarre de Stev hizo que no me hiciera daño.

-¿Ne que te pasa por favor contéstame?

- !No lo sé....¡ - Steven se levantó de mi lado - No te vayas

- No me voy a ir de tu lado nunca más Ne, te lo prometo. Pero ahora tengo que llamar, necesitas ayuda - le solté el brazo. Steven cogió rápidamente el móvil y llamó, no llegue a poder oír nada ya que estaba sumida en el fuerte dolor que sentía. Acabé acurrucada en el suelo llorando por el miedo que tenía. Mis padres y los demás invitados acabaron llegando pocos minutos después junto a Cesar. Steven me sostenía en sus brazos y hablándole para que siguiera con él. Mis ojos se cerraban y el dolor aumentaba. Mi madre se acercó corriendo y comenzó a tocarme la frente y tomarme el pulso, ya que era médico, de forma nerviosa.

- Steven, hay que llevarla a un médico ya. Tiene respiración acelerada y está ardiendo - dijo mi madre al borde de las lágrimas - Llama a una ambulancia ¡Ve corre! Cesar ayúdame a sostenerla.

Steven me soltó y Cesar se colocó donde este estaba antes.

- ¡Nerea, contesta por favor!

Oía las voces de la gente llamándome, y con más fuerza la de Steven, pero no era capaz de moverme ni de hablar. Solo los veía de forma borrosa y costosa. Me doliera todo. Y mi respiración... No podía. El aire no pasaba a mis pulmones, como si un tapón estuviera interfiriendo el paso y este empujara para pasar, rozando las paredes de mi garganta y quemándola. Así me sentía, con la impresión de que moriría el día de mi graduación y sin saber porqué. Solo había notado un dolor en el pecho que había aumentado hasta que provocó que llegara este punto de estar sin aire.
Oí el sonido de la sirena de la ambulancia, Steven me cogió en sus brazos y pude ver la figura de Cesar inmóvil, llevándose las manos a la cabeza, lamentándose de nuevo. Me depositaron en la camilla y me colocaron una mascarilla de aire pero de igual forma acabé desmayándome.

•Steven en multimedia•

Siento tardar tanto en subir capítulos así que comenzaré a subirles cada semana el Viernes si os parece bien así no tardaré tanto y no os dejare tirados a mis pobres lectores. Espero que os guste y espero vuestro comentario y voto. Os quiiere vuestra escritora♡

Virtual Love ©(#LV1)(#LV2)  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora