Capítulo 5

83 3 2
                                    

Nerea

- Todo va a ir bien cariño- me dijo mi madre al instante de ver mi rostro.
Me conocía demasiado bien y sabía perfectamente, como don de madre, que estaba asustada. Acercó sus labios y me dio un beso en la frente de esos que quitaba todos los males y miedos. Tan dulce. Amor de madre

- Lo sé mamá – la voz no me salía de la garganta. Me sentía tan débil que notaba que ninguna parte de mi cuerpo respondía a mis órdenes. Mi madre se apartó a un lado y allí pude verle con sus preciosos ojos azules observándome con pena. Solo le vi unos segundos por que Steven se acercó a mí y me abrazó despacio. Le tenía tan cerca que pude oír sus susurros

- No volveré a dejarte sola nunca de verdad

Sus palabras me encogieron el corazón e hizo que me estremeciera. Le echaba de menos, muchísimo la verdad pero sabía perfectamente que sus palabras no iban a ser del todo ciertas. No quería ilusionarme. Ya lo hice en su tiempo y no salió bien, solo me provocó dolor. Aunque quisiera creerle no podía por mucho que me gustara.

No sabía exactamente como me sentía. Era extraño. Confuso. Todas las miradas de la gente se centraban en mí y eso me agobiaba. No recordaba lo que había pasado ni como había llegado hasta esa camilla de hospital. Pero lo que nunca podré olvidar eran los rostros de miedo de las dos personas a las que más amas. Sus expresiones serias y tristes a la vez como si les faltara el aire a la hora de respirar y la intranquilidad se apoderara de ellos. Yo solo quería saber  lo que sucedía y que hacia allí. Cuando me disponía a preguntarles uno de los médicos entró en la habitación con su larga bata blanca y esas típicas gafas de los médicos de las series que llevaban sujetas al final de la nariz.

-Bueno veo que has despertado Nerea, es un buen comienzo – me dijo sin quitarme esa sonrisa algo falsa, que por lo que parecía llevaba enseñándosela a todos sus pacientes, de su rostro. – Tenemos que hacerte una serie de pruebas finales antes de hablar con tu familia ¿Te parece?

No supe que responderle así que simplemente asentí. Toda mi familia se disponía a salir por la puerta cuando Cesar se acercó a mí.

-No olvides nunca que te quiero – sus palabras me sacaron una sonrisa nerviosa que hizo que al también le saliera – lo digo muy enserio y no me pegues más estos sustos anda.

- Yo también te quiero y lo siento mucho aunque no recuerdo que pasó...

- No te preocupes luego te lo cuento – tras decirme esto se despidió de mi con un beso tierno en los labios. Ya los estaba echando de menos. Se alejó por la puerta cerrándola tras de sí y dejándome con el médico y una enfermera que la verdad no sabía ni cuando había entrado.

- Muy bien Nerea pues la enfermera va a ponerte el termómetro para establecer cuál es tu temperatura corporal – esta se acercó y me coloco un pequeño instrumento debajo de la axila. Me costó hasta levantar el brazo, notaba demasiado cansancio en mi cuerpo -  después de esto necesito tomarte unas pequeñas muestras de sangre para hacerlas un pequeño análisis y te tocaré el abdomen para comprobar su estado ¿Vale?

- Vale -  el sonido del termómetro fue instantáneo tras acabar de hablar.

La enfermera me le quitó y se acercó al médico para darle los resultados pero se lo dijo tan bajo que ni siquiera pude oírle.

-¿Cómo te encuentras Nerea? ¿Sientes cansancio, fatiga, dolores?

- Sí la verdad es que sí.

- Descríbemelo como mejor puedas

- Noto como si el cuerpo no respondiera a mis movimientos, estoy bastante cansada y muy débil y tengo dolores en las lumbares y abdomen. – no sabía que más decirle porque realmente cada vez me estaba sintiendo peor y lo único que quería en estos instantes era que me dejara sola y dormir, pero que le íbamos a hacer ¿es su trabajo no?  - Pero estoy bien de verdad, solo quiero irme a casa y estar con mi familia.

- Los dolores de lumbares y el abdomen pueden ser de la posición de la cama o de estar tanto tiempo en ella pero aun así deberíamos de comprobarlo, por lo que te realizaremos un TAC de la espalda al completo. Déjame ahora tocar el abdomen – retiré la manta que me tapaba y me levanté un poco el pijama tan feo que llevaba puesto. Comenzó a hacer presión por la zona y a decir verdad notaba un pequeño hilo de dolor al contacto – Tienes la zona algo inflamada, te mandaremos algún antibiótico para ver si conseguimos bajarlo. Ahora por última y ya te dejamos descansar, estírame el brazo y relájate solo será unos segundos.

No quise mirar por que sabía lo que venía a continuación y era una de las cosas que más odiaba en este mundo. Y era las agujas. Noté como traspasaba mi piel y el líquido rojo pasaba por el tubo hasta llegar a un botecito de cristal que se llenaba con gran rapidez. Fueron 3 los que llenaron y la verdad es que cumplió con lo que dijo. A los pocos segundos de acabar cogieron sus cosas y se fueron y por primera vez en mucho estaba sola. La verdad es que lo agradecía bastante porque tanta presión sin saber lo que sucedió me agobiaba. Estuve unos cuantos minutos mirando el sucio techo de la habitación hasta que llamaron a la puerta.

-¿Se puede? – Su voz dulce resonó en la habitación. ¡Cómo no iba a poder entrar! Solo él sabía alegrarme los días, no sé cómo lo hacía pero era mágico.

-Claro que puedes amor

- Nos dijo el médico que había acabado ya contigo y tu madre me concedió el placer de pasar un rato contigo a solas, pero la verdad es que se quería acabar el café y no quería dejarte sola. – solté una carcajada por la bobada que acababa de decir pero mi cuerpo respondió a ello dando un latigazo en el abdomen. – E tranquila, no hagas mucho esfuerzo anda pero no me quites esa preciosa sonrisa.

Me puse colorada y sonreí como una tonta. Sabía sacarme bien los colores.

-Eres idiota de verdad – mi rostro cambió al momento al recordar lo que realmente quería saber – Oye Cesar... ¿Qué sucedió?

El rostro de Cesar cambió, se dio la vuelta y cogió la única silla que había en toda la pequeña habitación. Se sentó a mi lado y me agarró la mano dándome un dulce beso en ella.

-Te fuiste a hablar con tu hermano y os alejasteis un poco. No sé de lo que se trataría ni voy a preguntarte sobre ello porque es entre vosotros y espero que eso no provocara tu desmayo. El caso, lo único que sé y por lo que dijo Steven a los médicos es que comenzaste a notar un fuerte dolor en el pecho que hizo que cayeras al suelo y te desmayaras. Has estado inconsciente durante casi seis dias Nerea... Nos tenías muy preocupados y yo... no puedo estar sin ti – Hizo una pequeña pausa y pude ver como una lagrima caía por su rostro. Me acerqué y se la quite, recibiendo un beso de Cesar en la mano. – De verdad que creía que te perdía y después de todo lo que hemos vivido juntos.

-Estoy bien cielo ¿vale? No me voy a ir a ningún lado  y me voy a recuperar pronto. Solo estoy muy cansada. Ya estoy aquí contigo y no me voy a ir de tu lado. Te lo prometo.

-*-

¡He vuelto por fín! Sé que muchos de vosotros habréis dejado olvidada Virtual Love pero os entiendo después de tanto tiempo sin subir. Espero volver a veros y que os guste. Un saludo enorme. Paula

Virtual Love ©(#LV1)(#LV2)  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora