III.

28 10 0
                                    

El que la chica de mirada opaca pero preciosa aceptara que yo fuese su compañía, me emocionó.

En todo el camino hablé con ella. Le invité un café pero ella prefirió un chocolate, así que ambos tomamos chocolate caliente y luego seguimos andando.

Me sorprendió que el camino fuese bastante largo, así que me detuve un segundo mirando a mi alrededor y luego a la chica a mi lado. Lina se veía animada, sus ojos se notaban calmados. Y cuando me atreví a preguntar si ese era el camino, sus ojos volvieron a ser opacos.

Entonces entendí que, a donde fuera que me ofrecí a acompañarla, ella no quería llegar ahí.

"¿Te gustaría cenar conmigo?"

Perdóname si ya no te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora