CÁNCER escuchó la voz de Tauro llamarle, le dijo algo como que «te están llamando» que ni distinguió con claridad. Eso hasta que si encontró el sonido del teléfono a la lejanía.
— Hmm, ugh —se removió en el incómodo asiento del copiloto, mientras espabilaba Tauro le veía con seriedad— ¿qué pasó?
— Pues no mucho, a decir verdad. Sigo de camino por la principal, como dijiste. Vi un accidente horrible hace una hora... —comentó casualmente, como no queriendo la cosa— Y te están llamando. —señaló el pequeño aparato sobre el salpicadero. Cáncer a duras penas y le había entendido— Esa persona es cuestionablemente insistente. Deberías atender.
El teléfono sonó, Tauro resopló por los aires. Había escuchado esa cosita pitar como, cada dos segundos, desde hace media hora. Naturalmente se irritaría por el horrible tono predeterminado.
Cáncer entró al tiempo y contestó, Tauro le vio de reojo limpiarse las lagañas de los ojos.
Solo espera, Cans, solo espera. Solo era cuestión de tiempo para que Tauro volviera de copiloto, entonces ¡bams!; que tomaría el teléfono de Cáncer y lo configuraría con una canción decente para las llamadas ¿Qué tipo de persona iba por el mundo con el tono predeterminado?
— Hola, Cans, soy Virgo
— Ahg, uhm ¿quién? —no sabía ni quién demonios era él mismo— No espera, ya te recordé. ¿Todo bien, Vi?
Su voz sonó pastosa y tan ronca, masculina y encantadora. Tauro se enderezó en el asiento y apretó el volante. Cáncer era un peligro para su mente, siendo sincero.
— Mágicamente me enteré que vas de escapada por la carretera, y me preguntaba; ¿estás cerca?
Ni necesitó preguntar por ese «mágicamente». Por obvias razones había sido la madre de Virgo, quien, a su vez, era amiga de la madre de Cáncer.
— Déjame ver —se acomodó en el asiento mirando las calles y referencias que tenía memorizadas— como a media hora.
Tauro abultó los labios.
El tipo no solo era bonito, tenía comida, era fácil de hacer sonreír, conocía buenas películas, clásicos del cine y la comedia, ahora también sabía ubicarse rápidamente en lugares remotos.
Tauro a duras penas y supo que eso era una cuidad. Ha de recalcar que era él quien venía conduciendo.
— Eso es asombroso. Vente a mi apartamento. Aries y yo queremos verte.
— No lo sé, Vi...
— Es viernes, son las cinco de la tarde, solo por el fin de semana. Después puedes seguir con eso de huir de la vida o lo qué sea que estés haciendo.
— Es que —Cáncer tosió, se rascó la oreja y miró disimulando a Tauro— no sé si podamos.
En otras circunstancias diría que sí e iría a ahogar sus penas con su amiga. Pero claro, ahora no podía. Tenía ¿un amigo de carretera? que no podía abandonar y tampoco incomodar.
— ¿Mos? ¿no venías solo?
— Es una historia que te contaré por mensaje. —no hablaría de Tauro frente al mismo. Puede que el otro fuese directo, pero él no era un descarado.
— Pues diles a esas otras personas, que hacen que la negación sea plural, que van a venir a mi apartamento.
— Espera un segundo. —Cáncer resopló— Oye, Tauro —el conductor aclaró la garganta en algo así como un sonido de que lo estaba escuchando. Cáncer había puesto el teléfono sobre su pecho para evitar que la conversación se oyera del otro lado— Estamos cerca de la casa de una amiga, y quería saber si no te importaba pasar el fin de semana en su casa.
Tauro se lo pensó, en serio se lo pensó. O solo quería hacerse el difícil e interesante.
— ¿Nos dará comida gratis?
Cáncer ya había notado que Tauro era todo un oportunista.
— Si
— Entonces sí.
— Buenas noticias —regresó a la línea, donde Virgo ya festejaba con sus palabras iniciales— iremos. Guarda algo de cenar, por favor.
— Claro que sí —se oyó contenta, una celebración a la lejanía le hacía entender que Aries también escuchaba— Pero al menos dime cuántas personas son para...
Cáncer fastidiado de la conversación telefónica le cortó, no soltó el teléfono porque de inmediato un mensaje lo alarmó y tuvo que contar la historia prometida. Saltando detalles y cuestión poco relevantes. Como que Tauro era un insinuador promiscuo. Aunque Cáncer solo exageraba.
— ¿Cómo es tu amiga? ¿debo saber algo? Porque sinceramente no le quiero caer mal a nadie más.
— No en realidad. Pues Aries es un poco, hmm, ¿coqueto? ¿fastidioso? No lo sé, pero si le sigues la corriente estarás bien. Y Virgo es como una madre, una muy quisquillosa. Solo no hagas críticas, ni siquiera constructivas, sobre su comida y le caerás bien.
— Si es gratis entonces no tengo nada que criticar. Es una especie de regla mía ¿sabes? Mientras la comida sea gratis el sabor no importa.
— Ojalá tuvieras la misma regla con los aventones.
— Pues no. Es decir, el conductor posee un Chevy de su abuelo, y una horrible camiseta hippie mostaza. Puedo criticar todo lo que quiera, aunque el tipo sea guapo.
— Ahora me coqueteas. No puede ser. —Cáncer afincó la cabeza en el respaldar del asiento mientras cerraba los ojos con mucha, mucha fuerza— Ojalá seguir durmiendo.
— Claro, y yo, como soy asombroso, llegaré solito a la casa de tu amiga. A decir verdad, no eres muy inteligente.
— Te tiraré por la ventana —no llevaba la cuenta de las veces que había dado advertencia de aquello— Dobla a la izquierda en la siguiente esquina.
...
© 𝗦αƭµɾɳᦱ
ESTÁS LEYENDO
l' amour sur la route | Cantau
Hài hướcl' amour sur la route | Amor en carretera. Tauro guardó todas sus ilusiones en una vieja mochila. Cáncer tomó el auto viejo de su abuelo. ── Cáncer/Luna ﹙love's﹚Tauro/Venus. Extensión siete capítulos. ── Historia de mi autoría. Edición y correc...