EL AMOR PROHIBIDO DEL PRINCIPE.

Nuevos amigos, nuevos dones.

Después de una larga noche, logre conciliar el sueño, pasaron unas horas y al fin había amanecido, y al despertar lo primero de lo que me percate fue que Náyade no había descansado en toda la noche por lo que preferí dejarla dormir en lo que Alejo y yo íbamos a buscar algo para desayunar.

Ella acepto sin rezongar ya que se dio cuenta de que necesitaba descansar para tener fuerzas, por la caminata que aún nos faltaba por adelante.

-Alejo, yo me quedaré en el campamento pero prométeme que cuidarás en todo momento a Rafael.- dijo Náyade.

-Tu relajate, estará en buenas manos, ¿o no es así Rafael?- volteo y me miró esperando mi respuesta.

-Hay ya cállate y vamonos a buscar el desayuno porque todavía tenemos un largo camino por recorrer- respondí a su pregunta.

Hasi sin más nos fuimos y empezamos a buscar algo para poder desayunar.

Fue en ese mismo camino que tomamos que recordé que cerca de ahí se encontraba el lago de los secretos, donde el agua era súper pura y los peces abundan por ahí sin mencionar la cantidad de frutas que había en su al rededor.

-Alejo espera recuerdo que aquí hay un lago, tal vez podamos encontrar comida en ese sitio- Afirme.

-Bueno igual no hay nada que podamos perder- respondió Alejo a lo que le comenté.

Mientras nosotros llegábamos al lago cerca del campamento algo sucedía.

-Hermana no te alejes demasiado hay rufianes y cazadores de hadas del bosque que nos pueden capturar- voz misteriosa saliendo del fondo del bosque.

-Ya no te angusties tanto- responde una chica que al parecer acompañaba a la otra chica.

Náyade estaba totalmente segura que había escuchado eso.

-¿QUIEN ANDA AHI?, MUESTREN SU CARA!!- Náyade grito con fuerza para atraer a esas dos criaturas misteriosas.

-Hola, nosotras somos las mellizas del bosque de las hojas de cristal- respondieron a la par.

-¿Y cuáles son sus nombres?- Náyade pregunto algo asustada.

-Yo soy Carlín y ella es mi hermana Aíne, vivimos en el bosque desde hace mucho tiempo escondidas por ser diferentes.

-¿Cómo que diferentes?- pregunto intentando saber más de ellas.

-Si, nosotras éramos princesas pero nuestra madre rompió las reglas del reino al darnos un segundo don, Carlín puede curar y comunicarse con cualquier tipo de criatura y yo soy la encargada de que el bosque de las hojas de cristal siga vivo ya que tengo el don de controlar la flora y fauna- respondió Aíne.

- Entiendo, y eso es posible, digo entonces ustedes no controlan un elemento como todos en el reino- Náyade consulto confundida.

-Si, ella controla la tierra y yo controló el agua es por eso que nos dicen diferentes- respondió Carlín a su duda.

-Pues tranquilas que seguramente una vez que mi amigo reine el reino de agua seguro pueden vivir con nosotros en el palacio, ya que el es muy bueno y, quiere a todas las personas y criaturas por igual- dijo Náyade emocionada.

-¿En serio crees eso?- preguntaron las mellizas a la par.

-Si de hecho no tarda en venir si quieren se pueden quedar, seguramente puedan ser de ayuda en nuestro viaje por encontrar una princesa para mí amigo- respondió Náyade.

-Bueno en ese caso, está bien nos quedaremos- dijeron las mellizas.

Siguieron platicando un buen rato, mientras Alejo y yo seguíamos en el lago que acabamos de encontrar.