EL AMOR PROHIBIDO DEL PRINCIPE.

los cachorros lution

Mientras íbamos de vuelta al campamento, Alejo no me dirijo la palabra en todo el trayecto.

-¿Seguro que no estás molesto?- pregunté.

Pero fue en valde ya que no recibí respuesta por lo que preferí mantener me callado en lo que faltaba por llegar al campamento.

Al estar cerca de llegar me percate que Náyade se encontraba hablando con un par de hadas.

-Volvimos,¿Quienes son ellas?-consulte atentamente.

-Relajate ellas son las mellizas del bosque, las culés me contaban que tienen otros dones además de controlar algún elemento por lo cual las corrieron de sus pueblos- respondió Náyade.

-Ya veo, pues si están de acuerdo me encantaría se quedarán con nosotros y vinieran con nosotros a vivir en el reino de agua- dije más relajado.

-¡¡¡Muchas gracias príncipe Rafael- expresaron las mellizas.

-No hay de que ya que yo tengo la idea de que todos los habitantes de todo el reino son iguales sin importar su elemento, don o si quiera especie- dije en tono alto.

-Pero bueno, ¿Cómo se llaman nuestras nuevas compañeras?- consulte.

-Mi nombre es Carlín y ella es Aine- respondió una de las mellizas.

-un gusto- exprese.

Después de un rato de platicar y conocernos un poco más, supe que en realidad ellas eran trillizas pero de pequeñas vivieron un ataque por parte del reino de tierra y que su hermana mayor se perdió mientras que ellas se escondieron junto a su madre en un sótano el cual ocupaba su madre para crear pociones para curar y cuidar a las criaturas de su pueblo.

-Mi reino también había sido atacado por el reino de tierra- respondió Náyade con tono triste.

Las hermanas se miraron como si supieran algo que no pueden decirnos y sin más nos invitaron a su casa en el bosque para poder preparar mejor lo que habíamos traído para desayunar.

Aceptemos sin problemas,pero al empezar a recoger el campamento me di cuenta que había algo oculto entre todas las cosas.

-Sal de ahí seas lo que seas, te prometo no hacerte daño- exprese en un grito leve para no asustar a lo que se ocultara.

-Soy yo perdóname hermano- respondió una voz tierna.

-¿Der?, Que es lo que estás haciendo aqui- pregunté.

-Sorpresa hermano, en serio pensabas que podrías irte sin que te acompañara- respondió.

A pesar de que se escapó de casa no me enfade de que estuviera aquí si no porque siempre hace lo mismo ya que ella siempre se escapaba para ver a sus amores, los hermanos reales del reino “corazón de fuego" el cual era el principal de el imperio de fuego, y sus herederos al trono o amores de mi hermana eran “Guillermo y Demián".
Uno con 17 años y el otro con 13 años los cuales no permitiría se le acercarán porque los dos se pasaban o les sobraban 2 años.

-Dejare que te quedes, pero con una sola condición- respondí enfadado.

-Aceptare lo que sea con tal de no volver al palacio estoy muy aburrida encerrada en ese lugar- respondió.

- Apenas lleguemos a los próximos reinos te mantendrás al margen y no intentarás nada escupido como es tu costumbre- dije aún enfadado.

-Esta bien, lo prometo- contesto.

-Náyade aún que necesito mucho de tu ayuda, te voy a pedir que a la primera orden que desvanezca mi hermana te la lleves al palacio y la mantengas vigilada hasta mi regreso para darle el castigo que merece- ordene a Náyade.