EL AMOR PROHIBIDO DEL PRINCIPE.

la princesa Analy.

Con nuestras nuevas mascotas y el encantamiento a su puerta para que volvieran cuando quieran, seguimos nuestro camino hasta llegar a el reino de piedra donde conoceríamos a la princesa Analy una joven audaz que nunca seguía las reglas de su padre, ya que ella prefería trabajar por su pueblo mano a mano con los aldeanos mientras su padre prefería mantenerla encerrada y vistiendo vestidos en lugar de la ropa que ella le gusta.

Yo por lo que decidí conocerla es porque me identifico con ella ya que la razón por la que quiero ser rey es para unir aún más a los Reinos y pueblos de cada región, también quería ser justos y permitir que las mujeres también puedan ser más libre, y solo necesitaba una persona con las mismas ideas para expandir mis ideas con más facilidad, y quién mejor que ella.

Digo es hermosa, valiente, bondadosa, amable y sigue sus propias reglas sin importar la opinión pública.

Al llegar unos caballeros nos escoltaron hasta el castillo, pero como sabía que era más probable encontrar a la princesa en el pueblo le pedí a Náyade que convenciera a Alejo de tomar mi lugar en lo que exploraba un poco el pueblo ya que aún no me dirije la palabra desde la charla en el lago de los secretos.

Al lograr me ayudara después de tanto rogar pude adentrarme en el pueblo, donde tuve la suerte de encontrarla reparando una carreta ya que era la única chica q trabajaba en serio no como las demás, que sin ofender solo se preocupaban por hacer mandados y lavar ropa.

-Hola, ¿eres la famosa princesa Analy?- me acerque a ella.

-Si,¿Quién pregunta?- respondió.

-Disculpa,donde quedan mis modales, yo soy el príncipe Rafael de los territorios del pueblo de agua- dije presentándome.

-Un gusto príncipe Rafael, yo soy la princesa Analy del pueblo de piedra dura- devolvió la presentación.

-¿Y que haces aquí, no c supone deberías llegar al castillo?- pregunto.

-Eso es cierto, pero quería conocer a la verdadera tu, claro si no tienes problema presentándome la jajaj- respondí.

-Claro que no al contrario, eres el primero que veo que prefiere verme como soy y no criticar cada acción que haga dentro del castillo- dijo algo tímida.

-pues a diferencia de los demás, a mí me gusta la autenticidad de las personas, y me da gusto saber que lo que se decía de ti sobre que ayudabas con tus propias manos a tu pueblo si es real- dije confiado.

-Pues si ya que la forma como gobierna mi padre digamos que no es la mejor y por eso siempre me escapó para trabajar en el sin que me lo impida-dijo relajada.

-Solo una duda,¿Cómo lograste estar aquí si se supone deberías estar en el reino?- pregunto.

-Digamos que recibí un poco de ayuda de mi amigo jajaja- respondí entre risas.

-Bueno, entonces te parece si volvemos al castillo antes de que sospechen mi ausencia- dijo

-Si por mi no hay problema- respondí relajado.

Después de platicar por un rato llegamos a su escondite que es por dónde sale del castillo sin que los guardias la detengan.

Entramos al castillo donde ella fue a su habitación y yo fui corriendo a la sala real donde esperaban mis amigos, para mí suerte nadie sospecho de mi ausencia y el rey nunca supo que me intercambie con mi amigo por un rato.

Pasaron unos minutos cuando al fin bajo la princesa, y nos volvimos a presentar como si nunca nos hubiéramos visto, solo que esta vez el rey se dio cuenta de que la princesa se sentía conectada a alguien por lo que nos permito dejarnos conocer más.