Capitulo 32.

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Poco a poco fui consciente de mi cuerpo, adolorido y pesado, primero fui capaz de sentir mis dedos y con ello su movilidad, escuché como algo ronroneo acercándose, luego sentí mis piernas, adormecidas y con un cosquilleo que me fue recorriendo hacia arriba.

Tras lo que pareció una eternidad después pude abrir los ojos y mire a mi alrededor, a lo que también mire confundida ya que estaba rodeada de hielo, casi recordándome a las cuevas debajo de la isla Byen ya que también había un poco de roca a mi alrededor. 

Poco a poco me fui reincorporando y pude notar a Liv de quien provenía el ronroneo a quien le sonreí.

-Me alegra verte, amiga- dije acercando una mano a ella y ella acerco su cabeza a mi tacto, ronroneando aún más.

-Puedo ver que hiciste un gran trabajo- dije después de mirar bien a mi alrededor viendo grandes cantidades de capas de hielo rodeándome, incluyendo lo que supuse también era la salida.

-Supongo que tendré que sacarnos de aquí, pero tomara tiempo.

Suspire y me acerque a una posible salida, considerando que había dos muros de piedra a mi alrededor, como en ocasiones anteriores, me conecte con el hielo ante mí y sentí como este comenzaba a resquebrajarse bajo mi tacto liberando así una capa de hielo, procedí a repetir el proceso múltiples veces, tomando más del que pensé que tomaría, suponía por el agotamiento físico, incluso tuve que tomar un breve descanso antes de proceder entre capas, cuando pensé que había llegado al final al toparme con una puerta de madera, y con dificultad procedí a abrirla, supe que no estaba ni cerca, había más capas de hielo ante mí.

Suspire y mire a Liv.

-Y yo que pensé que sería fácil- dije dando un suspiro profundo al final.

Repetí el procedimiento luego de recuperar el aire, cuando las capas se fueron volviendo delgadas pude notar la presencia de otras personas al otro lado.

Pase una mano sobre el hielo, aclarando la visión, viendo a través de él la presencia de Hipo y Chimuelo.

Hipo me miro con alivio, tenía una mano apoyada en el hielo, pues romper capas y capas de hielo había hecho ruido.

Coloque una mano sobre la suya, al otro lado, ambos sonreímos.

-¡Retrocede!- grito Hipo a lo que obedecí, retornando todo el camino que había despejado, tras eso se escuchó una explosión y viento cálido se adentró al lugar.

Al salir me encontré a Chimuelo frente a mí y a un lado Hipo se asomaba por el espacio, yo caminé hasta salir sintiendo el calor del sol que se asomaba de entre unas nubes grises que poco a poco desaparecían.

-Ay Skade, me alegra que estes bien- dijo Hipo abrazándome, me tomo un poco por sorpresa el abrazo repentino, pero procedí a corresponderle, aspirando su aroma, y supuse que el también el mío al apretar el agarre.

-¿Qué diablos?- emití mirando detrás de él, pude ver algunas capas de nieve sobre la aldea, poco a poco fue desapareciendo conforme el sol emitía su calor.

Hipo se separó y miro lo que yo.

-Enfermaste, al parecer fue el calor, muy intenso a comparación de lo que acostumbras, tuvimos que enterrarte en nieve cuando dedujimos, y supimos, por las notas de tus ancestros, la intención de la tormenta que se avecinaba, funciono, pero tomo tiempo.

-¿Cuánto?- pregunte.

-Una semana.

-¿Qué?- pregunté- ¿estuve inconsciente una semana?

El asintió.

-Al parecer ha ocurrido peores, a tus ancestros les tomo semanas despertar, fue lo más que pudimos acelerarlo- dijo y luego se giró y lo seguí, abriendo la boca de la sorpresa, viendo como una montaña de hielo cubría el lugar en el que me encontraba-fue lo más que pudimos hacer.

-Me tenías preocupado- siguió ahora colocando una mano en mi hombro- temí lo peor, quería estar haya adentro contigo, pero...

-Pero te habría matado, Hipo, comprendo, no habría soportado haberte lastimado con tal de salvarme, no es lo que hubiera querido- dije.

Él sonrió en una mueca.

-Igual dolió haberte dejado sola ahí, bueno... no completamente sola- corrigió cuando vio que Liv se acercaba y gruñía, y ante la corrección ronroneaba.

Sonreí viendo al resto de los jinetes llegar en sus dragones, riendo de felicidad.

Astrid fue la primera en acercarse y me abrazo.

-Que alivio que estes bien, nos tenías preocupados- dijo.

-Lo siento, no era mi intención- dije.

-Promete que tomaras unos días de descanso- dijo a lo que hice una mueca.

-Bueno, técnicamente ya me ausenté una semana y debería limpiar esto...-dije y me interrumpí al sentir un golpe en el brazo- Au, bien, lo siento. Lo hare después.

-¿Y de que me perdí?- pregunté después.

-¡Causaste una tormenta!- grito Brutacio, no pude descifrar si enojado o contento.

-¡Fue asombroso!- dijo Brutilda- solo tuviste que estar inconsciente, ¿Podemos repetirlo? No pudimos experimentar mucho.

-¡Brutilda!- regaño Hipo y Astrid.

-Lo siento Brutilda, no creo que sea conveniente que vuelva a pasar, o que cause una tormenta a menor escala en una parte de la isla- dije.

-¿Puedes hacer eso?- preguntaron los gemelos a la vez ilusionados.

-Si puede o no, no les concierne, no lo hará- dijo Hipo quien luego me miro- ¿Verdad?

Asentí al ver su esperanza en los ojos de que me pusiera de su lado.

Los gemelos refunfuñaron ante mi respuesta.

❄️

-No.

Lance el objeto de mi mano hacia atrás de mí.

-No.

Lance otro objeto.

-No.

Otro.

-¡No!

Otro.

-¡Oye! ¿Qué pasa?- pregunto Astrid entrando a la herrería.

Suspire frustrada.

-Estoy frustrada, no encuentro el regalo ideal para Hipo.

-¿El de compromiso?- pregunto Astrid.

-Si- dije- han pasado seis meses desde que comenzamos una relacion y de acuerdo con la tradición Berkiana y también Byeneriana...

-Deben darse un regalo de compromiso como celebración de esta relacion después de 6 lunas llenas desde que la relacion se ofició- completo.

-Si y no sé qué darle al sujeto que quiero y tiene de todo- dije llevando mis manos a la cara.

-Debo admitir que me alegra no estar en tus zapatos- dijo Astrid a lo que la mire mal.

-Oye, ¿pero adivina qué? Me tienes a mí, la mejor amiga de Hipo, ademas de Patapez- dijo- te ayudare.

-Gracias, apuesto a que Hipo no tiene este problema.

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The Last Byenerian; H. HaddockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora