9: Sigo de pie entre el caos

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Los días fueron pasando y cada vez los héroes estaban más desesperados por la repentina desaparición del héroe N° 1, no era normal que no atienda sus llamadas ya que siempre está pendiente de cualquier ataque que tenga la ciudad, pero hasta eso era raro pues los villanos no han hecho otro movimiento y el peliverde no ha estado sembrando el caos, es como si la tierra se hubiese tragado a todos ellos.

--Kirishima, ya deja eso -Dijo un cansado Kaminari.

--Si viejo, ya descansa, aunque sea un par de horas -apoyo Hanta mientras se dirigía al escritorio para ayudar al pelirrojo con la búsqueda.

Desde que Ground Zero desapareció toda la responsabilidad a recaído en los hombros del héroe número dos y la verdad no sabía cómo su amigo podía aguantar estar bajo tanta presión y estrés.

--Vamos Kirishima, te llevo a tu casa -se ofreció el de mechón negro- Sero, Mina llegará en cualquier momento estate atento.

--No te preocupes en un momento vuelvo como nuevo -Dijo Red Riot mientras sonreía con unas visibles ojeras debajo de sus ojos.

Al salir de la casa no notaron que estaban siendo observados por alguien y que cuando el carro arrancó se acercó para tocar la puerta. No tardaron en abrir, pero el pelinegro no vio quien era pues justo recibió una llamada que lo distrajo.

--Alo ¿Con quién tengo el gusto? -Hablo con un tono que demostraba su personalidad alegre- Mina toma asiento en un segundo vuelvo -Dijo el pelinegro mientras se dirigía de nuevo al ordenador.

--Sero lo siento no podré ir a la reunión ya que me asignaron una nueva misión... ¿Sero? -hablo la fémina del otro lado del teléfono. El chico se quedó helado ya que alguien le estaba apuntando la cabeza con un arma y tenía entendido que quien dejó entrar no era su amiga- ¿Sero estás ahí?

Pero lo único que se logró escuchar del otro lado de la línea fueron disparos.

--¡Ser-! -fue lo último que se oyó antes de aplastar el celular y dirigirse a la computadora para eliminar la nueva información que tenían los héroes.

El peliverde caminaba ignorando el cuerpo que se estaba desangrando en el suelo solo para ver todas y cada una de las pistas que estuvieron a punto de descubrir, lástima que todos sus esfuerzos se calcinen hasta no ser más que polvo y cenizas.

--Dabi -llamo a través de su intercomunicador- Ya sabes que hacer.

Con un "Entendido" de parte del villano de flamas azules Izuku salió con su capucha puesta para que el lugar solo sea uno más de los paisajes catastróficos que le encantaban ver.

--Zuzu, tenemos un ruidoso problema en la base dos -informo toga logrando captar la atención del pecoso quien escuchaba los gritos de fondo del cenizo- Date prisa que Tomura lo quiere matar.

--Vigila que nadie entre a esa habitación yo llego en tres minutos -Odiaba que interrumpieron su momento de tranquilidad, pero por tratarse del cenizo haría una excepción... Otra vez.

En la base había todo un griterío, lo bueno es que el lugar en donde están está muy alejado de la ciudad, pero todo empeoró cuando Shigaraki comenzó a responderle al menor maldiciendo su existencia.

Kurogiri intentaba calmar al peli-celeste sin éxito alguno, pero todo se calmó cuando la oscura presencia del peliverde hizo acto de presencia dedicándoles unas furiosas miradas asesinas que nadie se atrevió a verlo a los ojos.

--¿Dónde está Katsuki? -le pregunto a Tomura.

--Cálmate niño, tu noviecito sigue donde lo dejaste -se soltó del agarre de Kurogiri y se giró para ir a su habitación como hicieron los demás.

Cuando estuvo solo, se dirigió a paso lento hasta abrir la puerta de metal para encontrar a un rubio sentado en el piso mientras lo miraba con esos ojos iguales a los de un depredador a punto de atacar.

--¿Se puede saber por qué estuviste gritando está vez? -Dijo tranquilo mientras cerraba la puerta y avanzaba unos pasos más.

Pero sólo logró obtener un gruñido por parte del contrario el cual se paró para adoptar una posición defensiva, ya llevaba casi un mes encerrado ahí y tiene dos semanas sin probar algún bocado de lo que le traían ya que descubrió que cuanto más daño se haga más preocupado se pondrá el pecoso.

--Kacchan deja de hacer berrinche como un niño y ponte a comer.

Katsuki vio el plato con los alimentos, lo agarro con sus manos para verlo con asco.

--Mira lo que hago con tu puta comida -Dijo para soltar el plato haciendo que los alimentos se esparzan por el piso.

Ambos se miraban a los ojos y ninguno cedía ante el otro ni cuando el cenizo se acercó con la intención de asustar al pecoso reduciendo la distancia que mantenían en un principio.

El ruido de las cadenas resonaba en esa habitación al ser arrastradas.

--Algún día lograre salir de aquí, ese día ten por seguro que te aniquilare maldito.

--No te creo capaz, pero, esperaré ese día con ansias, gatito.

Te odio, maldito héroe (IzuKatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora