7: Eres mío

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--¿Por qué lo trajiste? –pregunto una voz la cual pudo identificar como la de Izuku.

--Pensé que le animaría tener secuestrado al héroe N°1 –esta vez la voz era de Dabi.

Lo que se escuchó después fue un largo suspiro y las puertas cerrándose.

--Abre los ojos, sé que estás despierto –dijo en tono demandante el pecoso mientras se ponía en cuclillas para quedar a la altura del cenizo.

Cuando abrió los ojos pudo ver que estaba en un cuarto oscuro mientras que a lo lejos en una esquina de ese cuarto había alguien amarrado de manos y pies, pero no podía ver nada más que su silueta.

--Buenos días bello durmiente. -Dijo con voz cálida mientras que el otro se sentaba para mirarlo con rudeza– Disculpa la mala bienvenida que te dio mi compañero. Pero, quiero saber que planeas al dejarte capturar tan fácil, he escuchado rumores de que andas actuando raro, Zero.

--Desde cuando la escoria como tú se preocupa por mí y que te importa lo planee en contra de ustedes malditas alimañas. -gruño pues no le hacía gracia tener al pecoso tan cerca, de nuevo. Se dejó capturar porque esa vez en el parque sus recuerdos eran más visibles gracias a la presencia de ese pecoso por eso y por su plan estaba ahí amarrado con cadenas como ese chico que hasta ahora no ha dicho nada.

--Preocuparme yo, por ti, hay Ground no me hagas reír –dijo limpiándose una lágrima inexistente– Podría matarte aquí y ahora sí me apetece ya que estás tan vulnerable como un pobre gatito –eso le hizo dar dolor de cabeza al cenizo, pero se las aguanto.

--Y por qué no lo haces maldito –solo faltaban unos segundos.

--Tan desesperado estás por poner fin a tu vida Zerito, además, porque lo haría, no soy tan~ desalmado sabes. –dijo fingiendo inocencia.

El pecoso se acercó y cogió el mentón del cenizo para que lo mirará a los ojos, esos bellos ojos que inmovilizaron al héroe y le hicieron perder fuerzas.

--Algo te aqueja, ya te dije que puedo ayudarte si me dejas. Vamos, recordemos los viejos tiempos mi querido gatito. –de nuevo ese dolor punzante, aunque esta vez fue más fuerte que el pecoso se dio cuenta de ello– ¡Porque luchas por algo que no eres! Sabes que tu vida está incompleta y que sólo vives en un escenario para entretener a las personas que gustan de tu sufrir.

--¡Cállate maldito, tú no sabes nada! –grito mientras intentaba calmar su dolor.

--Al contrario, yo tengo la pieza faltante de tus memorias –dijo alejándose un poco pues el cenizo comenzó a crear pequeñas pero potentes explosiones que estaban quemando las cadenas.

TE MATARÉ BASTARDO –se zafo de las cadenas y se abalanzó directamente contra Deku quedando este debajo del cenizo siendo amenazado por la gran explosión que contenía el guante/granada del héroe, pero podía ver claramente el intenso dolor por el que estaba pasando.

–Adelante, hazlo, recordemos los tiempos en los que me maltratabas por no ser "igual" a tu grupo de idiotas -sonrió al ver la cara de horror del cenizo.

El color de las granadas de Katsuki comenzaron a apagarse y ser reemplazadas por lágrimas de ira y tristeza.

--Lo siento... –dijo en voz baja mientras miraba al suelo– Yo no quise...

--Pero lo hiciste y mira cómo terminó todo.

El pecoso agarró a Katsuki y dio la vuelta invirtiendo los papeles, ahora era el héroe quien estaba contra el piso y el pecoso apretando sus muñecas.

--Quiero matarte de a pocos, que pagues por todos tus pecados de la forma más dolorosa posible. -Dijo mientras se acercaba a la cara del ojirojo quien no sabía por qué no protestaba por lo dicho- Veré como tú solo te vas destrozando... -la mano derecha del pecoso ahora estaba posada en el cuello del cenizo apretándolo ligeramente mientras sus labios estaban rozándose- Se tu plan, no creas que no me di cuenta que estás haciendo tiempo.

Eso tomo por sorpresa al cenizo pues solo significa que el lugar estaba siendo evacuado, pero no pudo hacer mucho cuando el pecoso comenzó con un fogoso beso que no sabía cómo parar, solo sintió como sus labios no querían romper esa danza llena de una misteriosa pasión que emergía de sus cuerpos pues el pecoso comenzó a bajar el cierre del traje de héroe que traía puesto.

«No me olvides»

De nuevo los recuerdos comenzaban, pero esta vez eran claros.

«¡Estás loco!¡No puedes arriesgarte de esa manera!»

Deku, era Deku quien gritaba eso, pero ¿Por qué? ¿Se conocieron antes? ¿Cuando? ¿Dónde?

«--¡MALDITO INFELIZ A MÍ NADIE ME GANA!
--Uhh, ¿Qué te paso amor? ¿De nuevo -----?»

Cada vez los recuerdos antes borrosos ahora los podía ver con mayor nitidez y en la mayoría aparecía Deku.

--Ah, Deku... Basta –dijo tratando de apartarlo.

--No tienes fuerzas por lo que veo o es que tú mismos no me quieres lejos, gatito –dijo juntando sus labios otra vez.

--Mal-dito apar-tate -Dijo entre besos.

--Como desees –dejó libre al cenizo quien intentaba regular su respiración y procesar lo que acababa de pasar.

«--Dekuu~
--Que quieres minino
--Todo de ti»

“Pero qué mierda...”

--Ey maldito infel- –cuando se dio cuenta pudo ver y sentir como el peliverde le inyectaba un sedante el cual lo dejo inmediatamente inconsciente.

--Lo siento, pero lo que paso no cambia el hecho de que seguimos siendo rivales y haré que pagues tu traición.

“¿Qué traición?” -no entendía, pero tenía sueño y no pudo evitar que sus ojos se cerraran.

--Te lo dije –esta vez Izuku le hablaba a la otra persona que tenía amarrada– Él sigue siendo mío. Solo, mío y de nadie más –Sus ojos brillaron en un intenso color rojo mientras que el otro solo bufaba por haber visto toda esa escena.

Te odio, maldito héroe (IzuKatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora