X: El silencio de Adela

1.1K 59 13
                                    

Sara Elizondo se sorprendió cuando al bajar las escaleras la mañana siguiente, se encontró a sus sobrinos desayunando junto a Gaby y Jimena

—Buenos días, qué sorpresa tenerlos a ustedes dos aquí -Saludó Sarita mientras tomaba asiento a la cabeza de la mesa-

–Buenos dias tia, vinimos a hablar contigo y el tio Franco

—¿Sobre?

—Buenos días

Los cinco se voltearon a ver a Franco quien se acercó a la mesa, y al pasar por al lado de su hija para sentarse, le robó un trozo de fruta del plato, causando que Gaby lo mirara con cara de pocos amigos, haciendo reír al resto de la familia.

—Queríamos hablarles sobre Carreño -Soltó Erick-

Los tres adultos se miraron entre ellos, sorprendidos.

—Erick, ayer nos aseguraste que no sabían nada - le recordó Sara-

Irene apareció en el comedor para entregarle el desayuno a Sara, y un café junto a un cuenco con un poco de fruta a Franco. Ella ya había recibido instrucciones de su patrona para servirle raciones pequeñas a Franco, y él agradecía que Irene si comprendiera el significado de pequeño, al contrario de Quintina o Dominga, que siempre que alguien les pedía una porción pequeña, servían el equivalente a un banquete.

—Gaby nos hizo recordar un pequeño detalle, que tal vez no significa nada, pero... de todas formas queríamos decirte -explicó León-

—Carreño tenía dos hermanos, a uno de ellos lo asesinaron poco después de que él apareciera muerto -Sara y Jimena asintieron, recordando ese suceso- del otro, no sabemos nada

—Con ayuda de algunos conocidos del pueblo que si lo conocieron, averiguamos su nombre, pero nada más -agregó Gaby-

—Su nombre es Hernán Carreño, y no se sabe nada de él desde hace meses

Franco dejó caer su taza de café al oír ese nombre, causando que toda la familia lo mirara

—¡Mi amor! - Gritó Sarita yendo hacia él para ayudarlo a limpiar el desastre- ¿Que pasó?

—Erick, ¿Dijiste Hernán Carreño? -preguntó Franco ignorando a Sarita-

—Si, tio

—Sara, acompáñame

Franco tomó de la mano a Sarita arrastrandola hacia el estudio, Sara quiso preguntar qué era lo que pasaba, pero vio a Franco tan preocupado que solo se dejó llevar.

Franco entró al estudio, sorprendiendose al verlo medio desmantelado, sin embargo, no hizo preguntas y se dirigió a uno de los estantes que seguía en pie, rebuscando entre las carpetas-

—Amor, ¿Qué buscas?

—¿Por qué no se nos ocurrió antes? -preguntó Franco sacando una carpeta del estante- maldito imbécil, debí suponerlo.

—¡Franco, te estoy hablando!

Franco miró a Sarita y suspiró, haciéndole una seña para que se acercara a él

—Perdón, pero mira esto

Franco le enseñó la carpeta que estaba mirando, mientras seguía pasando folios, buscando el que le interesaba

—Es la carpeta donde guardamos los curriculum de los empleados, Franco, ¿qué te sucede?

Franco se detuvo al encontrar un folio en específico, y se lo señaló a Sarita

—¿Recuerdas a este imbécil?

Sara miró lo que Franco le señalaba. Se leía un nombre que ella no recordaba, pero sí recordó inmediatamente el daño que esa persona había hecho en su familia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 03, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

BAJO EDICIÓN: The rescue {Sarita y Franco - Pasión de Gavilanes 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora