Body and Blood

Capítulo 31 : Cara a cara

Notas De El/La Autor/a :

https://www.youtube.com/watch?v=fregObNcHC8

Portada de El hombre que vendió el mundo de Nirvana

Will sabe, lógicamente, que los edificios no pueden ser conscientes, pero mientras mira fijamente el edificio de ladrillo gris plano y apagado que se yergue frente a él como un obelisco, podría jurar que lo mira con amabilidad y lascivia.

La mano de Hannibal toca su hombro, un consuelo familiar que le recuerda que debe seguir adelante y hace que sea más fácil hacerlo sin acobardarse en el último segundo. Juntos, son tragados por sus fauces abiertas, un conjunto de puertas dobles que vuelven a cerrarse con un ruido sordo con un eco que reverbera en todo el vestíbulo innecesariamente grande. Jura que puede sentirlo salivando a su alrededor, ansioso por digerir a sus nuevos visitantes y depositarlos en sus entrañas más profundas, para nunca emerger. Will inhala un suspiro tembloroso a través de sus fosas nasales y se dice a sí mismo que no debe ser tan jodidamente dramático.

Otro hombre sale al mismo tiempo que ellos entran, de piel oscura, hombros anchos, vestido con una gabardina para protegerse de la lluvia y un sombrero de fieltro igualmente estereotipado como si acabara de salir del set de una película neo-noir. Todo sobre su postura y porte general simplemente grita "detective cansado del mundo pero estoicamente sereno" tan fuerte que Will sinceramente espera nunca intentar ningún tipo de operación encubierta con ese atuendo. Sin embargo, tiene que admitir que se ve muy bien.

El hombre los nota casi al mismo tiempo y vacila en su posición previamente segura, mirando a Will en particular con confusión y una pizca de preocupación, casi desaprobación. Will se inquieta y trata de mirar hacia otro lado sin que parezca que está tratando de mirar hacia otro lado.

Papá se aclara la garganta deliberadamente y el hombre rápidamente se hace a un lado con una sonrisa de disculpa. "Disculpe", dice afablemente, pero su mirada se lanza entre los dos una vez más. "Un poco joven para visitar un lugar como este, ¿no?" le comenta a Hannibal, su tono tan agradable que casi entierra el juicio implícito detrás de él.

La sonrisa de regreso de papá es igualmente plácida, pero sus ojos son planos como los de un cocodrilo. Will quiere aún más ahora simplemente encogerse y esconderse, pero la mano en su hombro permanece, manteniéndolo en su lugar. "¿Tenemos una visita programada con uno de los pacientes, Sr...?"

"Crawford", dice el hombre, tomando la mano de papá en un cálido apretón cuando se la ofrece, y tiene la gracia de al menos fabricar una expresión de vergüenza para su insistencia. Papá responde con su propio nombre del mismo modo, aunque Will casi desearía no haberlo hecho, no le gusta cómo puede ver visiblemente a este Crawford guardando la información para más tarde detrás de ojos arrugados y sonrientes. No presenta a su hijo ni le pide al niño que se presente a sí mismo, por lo que Will se mantiene en silencio.

"Bueno, lo siento por retenerte y perdona mi entrometimiento. Es solo que nunca los había visto aquí antes." Estoy aquí mucho, implica esta declaración. Cualquier ida y vuelta es asunto mío, incluso si esto no es mi dominio. El Sr. Crawford se quita el sombrero ante ambos, la imagen de magnanimidad y gentil encanto. "Disfruten de su visita, caballeros".

Como si Will no estuviera lo suficientemente nervioso antes, ahora su visita se siente ilícita e incorrecta, como si no deberían estar aquí. Como si ese Sr. (¿Detective? ¿Agente?) Crawford hubiera sabido para qué estaban aquí, tal vez habría abandonado la actitud agradable y relajada para llevárselos para interrogarlos. Sabe que es ridículo. No debería sentirse culpable por no hacer nada malo, si culpable es la palabra adecuada para ello. Pero ahora no puede quitarse la sensación de que tal vez, tal vez, esto fue un error después de todo.