Body and Blood

Capítulo 19 : Antes de la fiesta

Notas De/La Autor/a :

Ballroom Blitz de Sweet.

Will rápidamente pierde la noción de quién es quién mientras él y papá saludan a todos en la puerta cuando llegan, y gradualmente, con un poco de esfuerzo, también se acostumbra al zumbido de voces y tacones golpeando la madera dura. Sin embargo, es un poco desconcertante cómo todos tratan de actuar como si fueran viejos amigos y lo untan durante esos primeros minutos antes de fundirse entre la multitud para charlar con alguien más. Esperaba más susurros conmocionados y escandalizados si estaba siendo completamente honesto, pero una vez que la novedad de conocerlo desaparece, parece que le prestan poca atención, lo que por supuesto le sienta bien a Will. Recibe algunas miradas de evaluación prolongadas de personas que piensan que son mucho más astutos de lo que realmente son, pero nadie intenta interrogarlo con preguntas sobre su ascendencia o su acento, o sobre algo realmente. Se alegra de ello. El solo desearia saber por qué.

Al menos lo está haciendo mejor que quedarse ahí en silencio esta vez. Papá tampoco parece molesto u ofendido por su falta de interés manifiesto en Will. De hecho, a menudo es él quien los empuja sutilmente en el camino de otra persona para que Will no esté atrapado en una charla interminable con los invitados más prolijos. Sospecha que no hay un alma aquí aparte de él mismo por debajo de los treinta años, ciertamente no hay niños o incluso personas de su misma edad con las que pueda encontrar algo remotamente en común.

Es inevitable que papá se deje llevar en otras direcciones como un anfitrión atento y obediente, pero Will siente profundamente la pérdida de él a su lado de todos modos. Se acerca a la mesa de entremeses una vez que la mayoría de los invitados han tenido la oportunidad de elegirla primero. Sabiendo cuánto queda por venir en el banquete, se limita a uno de cada aperitivo y aún así termina con un plato diminuto cargado de demasiadas opciones. Tal vez la próxima vez que un camarero que pasa por un plato de los aperitivo bebe el papá dijo fueron para estimular el apetito, se puede conseguir uno sin reproche. Probablemente no querrán detenerse y regañar al hijo del tipo que les paga para estar allí, ¿verdad?

Mientras carga, escucha a una pareja que no puede ver sin mirar por el otro lado de lo que solo se puede describir como un topiario de comida en el centro de la mesa. "¿Qué es esto, al lado de las albóndigas?" pregunta la voz masculina con escepticismo.

"No tengo ni idea, pero es exquisito", dice la otra voz que Will presume ser la esposa del hombre. "Sabes, me encanta eso de los diferenciales del Dr. Lecter. Muy bien hecho, pero esperarías eso de un anfitrión con un título en psiquiatría, ¿no?" Al zumbido inquisitivo del hombre, presumiblemente alrededor de un bocado de comida, ella responde: "La presentación, cariño. Todo se puso así, los manjares más exóticos combinados con los favoritos más familiares como sus albóndigas, todo con la idea en mente de facilitarle suavemente para probar cosas nuevas y ampliar un poco sus horizontes ".

Will pone los ojos en blanco a la mujer que intenta psicoanalizar los entremeses esparcidos. Tiene razón, pero está tan inmerecidamente engreída al respecto como si acabara de desentrañar una metáfora particularmente obtusa en una novela de James Joyce o resolvió el acertijo de una esfinge en lugar de adivinar con precisión por qué los rollos de tataki de carne de jengibre se colocaron junto a las albóndigas turcas. Él la consideraría mucho más inteligente si reconociera que el menú no era la única forma en que el Dr. Lecter podía ser bastante bueno para hacer que la gente se sintiera más inteligente ante la idea de probar algo que nunca antes habían considerado.

Will hace una mueca y se mete otro aperitivo en la boca, solo para evitar mirar a su alrededor y decir algo sarcástico. Tiene que portarse bien. No puede bromear con esta gente como lo hace con papá y esperar salirse con la suya. Toma un cóctel de un servidor que pasa, completamente desapercibido o, al menos, sin que nadie lo note, y toma un gran trago para beber todo lo que acaba de comer. Su boca se frunce ante el inesperado sabor amargo. Toma otro sorbo más conservador para perseguirlo.