2.

17 2 0
                                    

Actualidad...

Berk, un lugar muy hermoso para vacacionar con la familia. Tenemos todo lo que se necesita para una vida feliz: pescado, hidromiel, una hermosa vista al mar con atardeceres preciosos, dragones, luchas de vikingos contra vikingos, luchas de vikingos contra dragones. El destino peefecto para cualquier vikingo con sed de sangre.

¿La única imperfección? Seguramente es la abundancía de problemas fraternales.

El mismo jefe ponía el ejemplo de esto, al ser el padre "modelo", conmigo, su heredero y primogénito que al fin había dado signos de ser la mitad de vikingo que debía ser.

Por fin había demostrado que podía ser alguien, y lo único de lo que se hablaba en el pueblo estos días era sobre el genial hijo de Estoico, que por fin comenzaba a comportarse como un vikingo y era el mejor en el entrenamiento de matar dragones.

Admito que al principio me sentí feliz de ver cómo me miraba la gente, pero inmediatamente caí en cuenta que todo era una farsa. Ese no era yo, era solo el Hipo que todos deseaban ver.

Aunque sabía que era mi culpa, yo mismo me había atrapado en esta mentira que comenzó con un juego inocente, y ahora terminó en que tendré que acabar con la vida de un ser que solo está defendiendose.
No estaba dispuesto a matarlo, aún cuando eso significaba decepcionar a mi padre.

—Padre no quiero matar al Pesadilla monstruosa—genial Hipo, tal vez pudiste tener un poco más de tacto.

—Pero eres realmente bueno hijo, con un poco mas de entrenamiento pronto descabezarás dragones igual que tu padre, es cuestión de tiempo.

—¡Pero yo no quiero ser como tú!—me enojé, llevaba varios minutos discutiendo con mi padre y la conversación no llegaba a ningún lado—. Esto es estúpido, todo es estúpido, el entrenamiento, la aldea, incluso tú—lo último se me escapó, no quería decir eso, pero el calor del momento me hizo decir cosas que jamás me atrevería.

—Mañana matarás a ese Pesadilla Monstruosa, quieras o no.

—No lo haré—si mi padre me mataba por lo que dije, al menos que valga la pena.

—¿Qué fue lo que dijiste?

—Que no lo haré, ya estoy harto de vivir entre gente tan hipócrita. Todos empezaron a mirarme solo cuando me volví como ustedes, hasta tú. Solo haces esto por ti, para no tener un hijo del que avergonzarte, esto nunca fue por mi...Y de verdad que yo no soy parte del sueño perfecto que siemore has tenido, intenté encajar en él pero entiende que yo tengo otros sueños papá.

—No quiero oír otra palabra más. Ve a dormir, te veo mañana a primera hora en el ruedo para la prueba. No quiero que me decepciones.

Grité de frustración ante eso. Definitivamente nada había salido como lo planeé.

—Genial, que buena charla Hipo, lo arreglaste todo.

Me senté en mi escritorio tratando de pensar en una solución al problema que yo mismo creé.

—Todo sería tan fácil si él me entendiera.

Inconscientemente dirigí mi mirada a mi libreta, la abrí y ahí estaban todos los bocetos que le había hecho a Chimuelo, el único que parecía comprenderme en estos momentos, aún cuando ni siquiera podía hablar, lo cual era gracioso. Sin ninguna palabra me había logrado llevar mejor con él que con una isla entera.

Tantos años de humillaciones, constantes regaños, no soportaba más, era increíble cómo lo que debía ser mi enemigo era más familia ahora que mi propio padre.

—Eso es, Chimuelo...

Una idea surgió en mi mente.

—¿Será que?, no, es muy arriesgado, solo tengo doce años, no podría...Pero si me quedo me obligarán a matarlo incluso si mi padre tiene que agarrar mis manos para clavar el hacha—rodé los ojos—. No puedo hacerlo, no mataré a una criatura inocente.

Caminos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora