CAPÍTULO 3

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Al llegar a casa, comí y me fui a dormir. Esta vez no soñe nada.

Me desperté a las 8 de la tarde, y no sentí ninguna presencia en casa, seguramente habrían salido. No quería quedarme en casa, así que me vestí y salí.

Observe el bosque y no sabia explicarlo pero algo me llamaba a entrar a él  asi que lo hice a pesar de la oscuridad del lugar, anduve de forma tranquila, seguí adentrándome para acabar en lo alto de un acantilado, donde debajo discurría un río caudaloso, al mirar hacia arriba el cielo se teñía de colores anaranjados y rojos.

Me senté y empece a pensar en todo, me vinieron muchas preguntas a la cabeza, ¿que era yo? No creia que fuese humana, ¿era alguna aberracion? ¿Nací así o me hicieron? ¿Donde estaban mis padres? No sabía cuánto me quedé allí con mil preguntas en la cabeza y ninguna respuesta. Note que el bosque se quedaba en un silencio sepulcral, estaba demasiado oscuro, mierda, debía irme ya.

Me levanté y empecé a caminar por donde recordé que venía.

De pronto en la penumbra del bosque, note una presencia.

Al girarme rápidamente un enorme lobo de más de 2 metros, de un color tan negro que se perdía en la negrura de la oscuridad, era la cosa más hermosa que había visto, era impactante, sin duda no era un lobo cualquiera.

Empecé a retroceder lentamente, el lobo seguía de forma calculadora mis pasos, como si no se quisiera acercarse para no asustarme.

En sus ojos sorprendentemente había inteligencia y algo extrañamente... ¿humano?

Empezó a caminar hacia mí lentamente meneando la cola amistosamente, se acercó a mi tanto que estire mi mano para tocarle la cabeza.

- Hola, no me comeras, ¿Cierto?- le dije, como si el lobo me entendiera.

Me quedé pasmada cuando negó con la cabeza, increíble.

Me levante y vi que sus ojos verdes me observaban, le acaricié y este acepto gustoso.

- Oh, buen chico- le rasque por detrás de las orejas, y vi que le gustó ya que me lamió la mano.

- Eres hermoso- dije viéndole los ojos.

No podía quedarme, ya llegaba tarde a casa.

- Lo siento tengo que irme- deje de arrascarle.

Me miró de forma lastimera, me sentía muy bien en presencia del lobo.

- Si quieres mañana, nos podemos volver a ver- le sugerí.

¿En serio estaba hablando con un lobo?

Empezó a menear la cola y lamerme las manos, dios ¿Como un lobo podía entenderme?

- Bueno entonces adiós, nos vemos mañana - me despedí.

Empecé a andar, y vi que me seguía.

- ¿Me quieres acompañar?-

Me lamió la mano, eso era un sí. Le acaricie en respuesta y seguimos silenciosamente el camino de regreso.

Al llegar y ver mi casa iba a despedirme de él hasta que vi que se había ido.

Lost soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora