Un pasado sangriento.

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12 años después

Mi mirada recorrió los cuerpos en el suelo que dejaban a su paso mis compañeros. El lugar tenía un olor horripilante a muerto y ese aroma metálico de la sangre. Los cuervos se acercaban desde el bosque y se paraban en las ramas de los árboles desnudos a mirar lo que seguramente sería su comida cuando terminara esta masacre.

Debía esperar la señal que me daría el superior para luego salir y matarlos a todos ellos.

Cualquiera pensaría al verme en mis 14 años, que esto era algún tipo de broma, pero no hay bromas en la guerra. Me instruyeron desde los 3 años en lo que repecta a asesinar a sangre fría.

Me gustaba sentir esa adrenalina del momento, aunque a veces me preguntaba y no en voz alta, ya que sino me castigarían como las otras veces que hice una pregunta poco discreta. ¿Como seria ir al mundo exterior? No me dejaron salir nunca, me quedaba en el cuartel y allí vivía desde entonces ¿Como seria ser libre? ¿Como era vivir como una persona ordinaria? ¿Como se sentiría no tener que sufrir por no hacer lo que se espera de ti? Que era básicamente matar.

No recuerdo nada de mi infancia, como si todos los recuerdos se hubiesen esfumado para ya no volver.

Gracias a ellos me volví una persona fría, sin prácticamente sentimientos. No se me permitía llorar, ni mostrar miedo, nada. Era un hueco vacío, que ellos veían como un arma gracias a estos poderes que poseía para mi desgracia.

Desde que me capturaron alrededor de 12 años aproximadamente, me sometieron a entrenamientos intensivos, a manejo de cualquier arma, combate cuerpo a cuerpo y sobre todo a expandir mi poder.

Recordaba lo que dijo el mayor antes de venir aquí.

Me encontraba en su despacho, un lugar frío, sin vida, pintado con tonos neutros, y con solamente un escritorio y estantería.

De pie, con mis manos en la espalda y mi cara neutra, como siempre, me encontraba esperándolo a que terminara de mirarme fijamente y empezara a hablar.

- Te he estado preparando desde hace mucho, has sido de las mejores que tengo aquí, por eso vendrás con nosotros, está batalla será algo que en el futuro se recordará como algo grande, porque haremos historia, ¿Me escuchaste? Harás que todos recuerden que nosotros, la organización Stollight somos los más poderosos. No quiero ningún error, ya sabes lo que pasará si lo cometes- dijo con esa sonrisa suya tan horripilante, viendo mi cara donde se observaba perfectamente cicatrices, la que más destacaba era una que  pasaba por mi ojo derecho, eso sin hablar de mis brazos, luego algunas surcaban mi espalda, pasaban por mi abdomen, y llegaban a mis piernas, cortesía de él.

- Si, señor- dije de forma fría.

Este se acercó a mí, sentía un odio profundo hacia él más no lo demostré en mi rostro. Y empezó a dar vueltas alrededor de mí, como lo hizo hace 11 años, en ese momento la chiquilla que le habían arrebatado de su hogar, lo miraba con miedo y asco. La de ahora lo miraba sin ninguna emoción.

- Hice un buen trabajo- respondió orgulloso- antes no eras más que un saco de sentimientos humanos que no servían para nada y ahora mirate, mi máquina de matar.

No respondí.

- Los imbéciles de Blackdoor se arrepentirán por no cederme el poder, los matarás a todos dejaras a uno o dos para que vayan a correr la voz, pero a los generales los matarás
¿Entendido?-

- Que así sea-

- Ya puedes retirarte y recuerda ningún error, ya sabes lo que pasará si lo cometes-

Lost soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora