Lost soul

SINOPSIS

No podían llevársela.

No podían llevarse a mi bebé.

Eso es lo que pensé cuando nació mi pequeña. Y ahora el castillo estaba sumido en un caos increíble que me impedía ir hasta su habitación.

Estábamos siendo atacados por los vampiros, esos infelices querían a
mi niña.

Guardias iban en todas direcciones con sus espadas desenvainadas y sus rostros rígidos.

- Mi reina, tienes que resguardarte es peligroso - decía mi esposo, mirándome con esos ojos azulados que tanto amaba.

- Pero Sebastián, nuestra hija...-

- Es mi prioridad, pero la explosión cayó justo en esa zona, no puedo dejar que tú también corras peligro- decía con una angustia notoria.

- No me pasará nada- le dije para luego darle un beso e ir corriendo hacia las habitaciones, note que  Sebastián corría detrás de mí.

Mi vestido se iba haciendo más pesado conforme iba recorriendo innumerables pasillos mientras pensaba como iba a matar al causante de todo esto.

Subí rápidamente las escaleras que conducían al segundo piso, y al doblar una esquina una orda de esas sanguijuelas me cortaban el paso, una luz apareció en mi interio haciendo que de mis manos saliera un brillo dorado haciendo que impactará con ellos y murieran en el acto.

Cuando llegue al a la norte del castillo, casi se me cae el alma.

Estaba completamente destruida, había escombros por todas partes.

- Cariño, por aquí - dijo cogiéndome de la mano, para a continuación ir por otro corredor. Giramos y seguimos corriendo hacia la habitación de nuestro bebé.

No sabía cómo había pasado todo tan rápido, dejé a mi bebé en su cuna, para bajar con mi esposo a cenar al comedor, ni dos segundos pasaron después de que me senté, cuando sonó la alarma de ataque pero era demasiado tarde cuando algo impacto contra el castillo.

Deje escapar un suspiro de alivio, al ver su habitación intacta, pero algo nos hizo parar en seco.

Había un vampiro en la entrada mirándonos fijamente con una sonrisa sádica.

- Troy, pagarás por todo esto, os mataré uno a uno- Sebastián apretó su mandíbula con rabia.

- Que os pensabais reyes, que con una amenaza como vuestra hija no íbamos a hacer nada, que ilusos por no poner más seguridad- ladeó su cabeza riéndose.

- Como le hagas algo a mi hija imbécil, pienso arrancarte cada pedazo de tu miserable carne y te la haré tragar- le fulmine con la mirada, mientras mi magia rugía por salir.

- Oh... Correré ese riesgo - se rió con más fuerza para luego desaparecer.

Sentí como algo dentro de mi se rompía, y con una velocidad sobrehumana llegue hasta la puerta y la abrí.

Caí de rodillas al ver la cuna.

- NOO - grito el rey, lanzando la cuna vacia contra la pared.

Se la habian llevado y con ella todas nuestras esperanzas.