CAPÍTULO III

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Un rato después de la batalla que había interrumpido la coronación, todo parecía calmarse poco a poco pero, los rumores continuaban por todo el reino.

"Una bruja en nuestro territorio ¿Te lo puedes creer?";"¿Una sola bruja puede causar todo esto?;Seguramente los demonios y las criaturas mágicas ya se aliaron y ahora quieren quitarnos nuestro hogar."

Comentarios de ese tipo se esparcían por todo el reino. Cada ciudadano sacaba sus propias conclusiones pero, no conocían la verdad y mucho menos cuando sería la ejecución de la bruja. Ya que según la ley que habían acordado con los otros reinos hace bastante tiempo, "Cualquier criatura que traspase las fronteras de su reino y ponga un pie en territorio enemigo será ejecutado, de inmediato."

Sin embargo, lo que se vivía de puertas para dentro en el castillo era una cosa completamente diferente. Habían transcurrido ya unas 3 horas desde el ataque y el príncipe se había aseado e ido a visitar a su amigo que estaba malherido. Afortunadamente, Kirishima estaba mejorando pero, no había ido a ver a su madre. Sabía que ella se encontraba bien pero tenía que ir con ella para "discutir" el asunto de la bruja.

Ciertamente no había nada que discutir, era un hecho que la bruja moriría en cuestión de horas pero aún así debían de hacer los habituales procedimientos para una sentencia.

El rubio caminaba por los pasillos del castillo hasta volver a la gran puerta. Aquella puerta que dirigía a la sala del trono y pensar que hace unas horas atrás el estaba en el mismo escenario pero con diferente propósito. Abrió la puerta y vió a su madre sentada en el trono con una mano masajeando sus sienes.

- Katsuki, justo a tiempo. Estaba a punto de hacer que te trajeran.- su madre se acercó a él y lo miró de pies a cabeza. - Me alegro que estes bien. Ven, tengo que hablar contigo.- la mujer volvió a sentarse en el trono y su hijo se le quedó mirando fijamente. Algo no le cuadraba.

- Oi, ¿Dónde está el viejo?- preguntó el rubio. Su madre suspiró cansada.

- Vendrá, en algún momento.- respondió. Definitivamente algo malo pasaba. Su madre y su padre siempre estaban uno al lado del otro.

- Debiste de haber llamado a los de la corte y acabar con este asunto lo más pronto posible.-

- Primero quiero hablar contigo.-

- No hay nada de que hablar sólo hagamos la sentencia y en la mañana verla. Fin de la discusión.-

- Justo de eso quería hablarte. Quiero que ella esté presente durante su sentencia.-

- No hace falta, la ley es clara. No escapará de su muerte.-

- No. Quiero interrogarla sobre lo sucedido.-

- El poco tiempo que le queda la interrogaran en su celda.-

- Ya lo sé. Pero quiero algunas respuestas de ella y...- antes de poder continuar fue interrumpida una vez más por Bakugō.

- Sea cual sea la respuesta que buscas la descubrirás en el interrogatorio.-

- ¡Katsuki! Quiero interrogarla. Saber más de lo que son capaces.-

- Por nuestro pasado sabemos que son capaces de hacer. ¡Lo mejor es que terminemos rápido con esto y contraatacar! -

Katsuki elevaba cada vez más su tono de voz al igual que su madre. Era una auténtica discusión sobre quien tenía la razón. En su interior el rubio tenía la confianza que al final su madre razonaría pero, no fue así.

𝓑𝓮𝓷𝓰𝓪𝓵𝓪𝓼 𝓘𝓭í𝓵𝓲𝓬𝓪𝓼|| BAKUGŌ X TN || MEDIEVAL AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora