━━ 💥❄: marvel fanfiction
❝Controlarás este poder o dejarás que te controle?❞
La paz nunca ha sido una aliada cuando se trata de hacer justicia, y los seres humanos son expertos en romper las reglas para cumplir con aquello que ello...
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▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ Alburquerque, Nuevo México Estados Unidos de América ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
WANDA SE SINTIÓ PERDIDA ante la siniestra frialdad que la estaba abrazando. Su cuerpo yacía recostado sobre una superficie que podría compararse con la grava cuando se encuentra húmeda, enviando una corriente electrizante a través de toda su espina dorsal mientras se preguntaba, inexplicablemente, por qué todo a su alrededor parecía estar moviéndose.
Una mano invisible la sostuvo en el aire, como si fuera un objeto guiado por la presión de una fuerza superior.
La suavidad de la cama ya no la acunaba, y en su lugar solo había un enorme vacío. Pero pareciera ser que, entre toda esa energía, existía algo familiar. Y no precisamente por la atracción que ejercía sobre su mente.
Al principio era como una melodía baja, silenciosa, un susurro que poco a poco se fue transformando en algo similar al cántico de un ángel. Tan dulce y triste que le desgarraba el corazón con solo oírlo. Wanda intentó voltear hacia todos lados en busca de su procedencia, pero no había nada, solo oscuridad.
Los astros danzaban a su alrededor, estrellas lejanas desprendían un brillo casi tenue, mientras la gravedad la columpiaba a su antojo en medio de todo aquel paisaje cósmico.
De pronto, la melodía se tornó más intensa y una voz desconocida se concentró en su oído. Llamándola.
Wanda, Wanda, Wanda...
Algo en la lejanía comenzó a tomar forma, desprendiendo una luz casi cegadora que la hizo cubrirse el rostro con los brazos en un primero momento. Esta se fue acercando, lentamente, hasta detenerse delante suyo y fue entonces cuando Wanda pudo darse cuenta de cuan inmenso era.
Una entidad que nadie en el universo había visto, y que sin embargo, le transmitía tantos deseos y emociones que ni ella misma era capaz de entender.
La criatura liberó un quejido similar al de un águila, y abrió sus enormes alas de ascuas ardientes, descomponiéndose hasta volverse una gran masa de luz y fuego que comenzó a rodearla, abrazándola en un nudo cada vez más estrecho.
