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"¿Y si no siente lo mismo que yo?"

"Él siente lo mismo que tú"

"Todo estaba bien, no pasará nada"

Era increíble la cantidad de preguntas que se cruzaban por mi cabeza y era poco creíble la cantidad de veces que me decía "Todo estará bien", mi cabeza dolía de tanto pensar en Peter y en específico ¿Que es lo que el siente por mí?

—¿Vienes?—La pregunta de Once me saca de mis pensamientos, — ¿a desayunar?

Veo que los demás se estaban formando en una fila para poder ir al comedor para desayunar, Peter no estaba. Suspiré cansada y me puse de pie con ayuda de Once.

Cuando íbamos caminando fuera de la sala arcoíris por el pasillo, en uno de los cuartos salen Selene, Alec y Peter. Alec reía de lo que sea que le dijera la pelinegra, mientras que Peter estaba ocupada en algo, nada en realidad, se veía perdido, su cuerpo estaba aquí pero su mente no.

Él levanta la mirada del suelo y sus ojos azules se encuentran con los míos. Nunca podré superar cuan hermosos se ven sus ojos en plena luz del día. Pero entonces, el aparta la mirada y se va a la dirección contraria, Alec nota mi presencia y me regala una de sus tantas sonrisas coquetas yo solo lo ignoró y sigo viendo como una tonta en la dirección que se fue Peter.

Entramos al comedor, Once y yo nos sentamos en una de las mesas cerca de la cocina, pude oler la deliciosa comida que preparaban en la otra habitación. Saludé a Díez quién se sentó frente a nosotras.

—¿Que creen que den hoy de comer?—el entusiasmo de Diez nos hizo sonreír a mi y a Once.

No digo nada pues mi vista de clava en unos ojos azules que me observan desde el otro lado del comedor, una de las cocineras se pone enfrente de mí estorbando mi vista, traté de ver aún lado pero no pude, bufé al no poder ver a Peter.

—Su desayuno.

Dejo un plato delante de mí eran huevos con frijoles y un jugó de limón, se veía delicioso. Todos en el comedor comenzamos a comer, no pude evitar cerrar los ojos mientras saboreaba la comida, era realmente deliciosa. Abrí los ojos y eché un vistazo en dirección dónde antes se encontraba Peter pero ya no estaba, tomé mi vaso de jugo de limón y lo lleve a mi boca comencé a tomar mientras buscaba a Peter con la mirada.

—Despacio, —Peter aparece a la par mía sosteniendo su plato de comida, —no quiero que te ahogues.

—Peter..

—¿Ocupado?—señalo el asiento a mi lado, Diez nos observa con curiosidad.

—No. — Dijo mirando de reojo a Díez quién solo aparta su mirada de nosotros para ver a Once.

Peter se sienta a mi lado y acomoda su plato de comida.

—Delicioso ¿No crees?—Él pregunta mientras lleva una cucharada de comida a su boca al mismo tiempo que posa su mirada en mí.

—Sí. — Digo con la voz al temblorosa, Peter sabe el control que puede llegar a tener sobre mí con tan solo tener su cercanía.

—No tan delicioso como tus labios.— Me quedó sin aliento al sentir el suyo sobre mi oreja.

Mis mejillas comenzaron arder, mis manos empezaron a sudar sin control, en el rostro de Peter se formó una sonrisa al ver mi reacción.

Imbécil.

—Ey,—los ojos de Once evalúan mi enrojecidas mejillas,—¿Estás enferma?

—No, estoy bien...—dije en un pequeño tartamudo.

Suya - Violet HopperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora