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Peter.

— ¿Alec?

Mi tono de voz es ligeramente alto, El Dr. Brenner junto a Alec voltean a verme, mis ojos se abren en sorpresa, los ojos de Alec se iluminan al verme.

Levantó sus manos al aire.

— El mismo.

Alec se apresura hacía mí sin importar que esté aquí el Dr. Brenner, notó que ha cambiado bastante. Ya no es enano como hace dos años atrás después de que se fuera, yo era él más alto de los dos, pero veo que ahora ya no es así, ahora ambos estamos de la misma estatura. Alec me abraza con emoción y se lo devuelvo de la misma manera.

Cuando nos separamos notamos que el Dr. Brenner salió de la habitación, dejándonos solos algo que nos tomo por sorpresa, pero agradecimos por su acción.

— ¿Que mierda cuando llegaste? — Pregunté.

— Acabó de llegar, Brenner me pidió que regresará me necesita aquí.

Alec me sonríe abiertamente, notó lo mucho que maduraron sus facciones, sus músculos están muy definidos. Lo único que nunca cambia es su sonrisa sincera, muy característico de Alec.

— No puedo creerlo, —digo aún sin creer que este aquí, —Por fin estás aquí, no vuelvas a irte idiota.

— Eso mismo dijo mi Emily.

— ¿Emily? —Digo sorprendido no puedo creer que Alec haya tenido algo con alguien—¿Quién es Emily y que fue lo que hiciste para que quisiera estar contigo?

— Si bueno, todo cambia—dijo evitando el tema, lo respeté — Brenner me dijo que habían nuevos.

Sonrió genuinamente al recordar, al recordarla, Cinco.

Alec nota mi sonrisa estúpida, divertido enarca una ceja.

— Nunca había visto esa sonrisa —sonrió malicioso— Algo está pasando, —me señaló divertido, —Más te vale que me pongas al tanto de todo.

Río ante sus palabras.

— Ella es... — Hago una pausa, lamiéndome los labios, —Especial.

— Estoy intrigado —dijo riendo.

— Ok burlate todo lo que quieras, — digo con una sonrisa, —Pero ella es lo mejor que pude conocer en este encierro infernal.

— Vaya amigo, te vez —pausa para encontrar las palabras adecuadas, —Enamorado.

Fruncí el ceño.

— No digas locuras Alec, —digo caminando hacia la puerta, —Vamos tengo que ponerte al tanto de todo.

Alec ríe y ambos salimos del lugar.

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Unos minutos más tarde, nos encontrábamos en la sala arcoíris, explicándole los nuevos cambios a Alec. De repente, las puertas se abrieron, ambos dirigimos nuestras miradas hacia esta, de ella entraba una pequeña Once contenta tomada de la mano de su hermana: Cinco, mi Cinco.

Suya - Violet HopperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora