OS Satzu

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—Llévame a casa —musitó la mujer de cabello naranja claro mientras observaba el exterior desde el asiento de copiloto.

—¿Qué? Creí que me acompañarías esta noche a celebrar nuestro triunfo con unas copas de vino, solo tú sabes todos los años que he esperado por este momento —Tzuyu con una de sus manos en el volante y con la otra en una de las piernas de Sana la observó implorando su compañía. Aquella reunión había sido fatigante, sí, pero aún tenía energías para compartir un poco de su tiempo con la mujer que estaba a su lado, al fin y al cabo no todos los días logras atrapar a los ladrones que han estado robándole dinero a tu empresa desde hace años.

—¿No tenemos mucho trabajo mañana? —la observó por fin, con esa mirada profunda que lograba erizar su piel en cuestión de segundos. Tzuyu no se quedó atrás y dio un apretón en la pierna de la mayor.

—No me lo hagas más difícil, el trabajo puede esperar —Sana soltó una pequeña sonrisa, no importaba qué dijera, de igual manera terminaría cediendo.

—¿Sabes? La primera vez que te vi hace tres años, pensé gracias a tu apariencia, que eras una mujer de mentalidad fría, que le gustaba calcular bien las cosas, alguien que respetaba su trabajo y que siempre ponía su labor antes que a ella misma, tenías una apariencia muy imponente, de hecho eso es lo único que sigue siendo así, ahora frente a mis ojos veo que eres totalmente opuesta a aquella primera impresión que me generaste, me pregunto por qué.

—Es el efecto que tienes en mí, Sana, ¿O acaso no te has dado cuenta de que solo contigo me comporto diferente? —la observó por unos instantes y quitó su mano de ella para detener el automóvil y apagarlo— Ya hemos llegado —bajó de él y le abrió la puerta a Sana quien se había sumergido en sus pensamientos por unos instantes.

Saludaron al recepcionista y subieron al primer ascensor libre, aquel edificio estaba a nombre de la empresa, fue uno de los últimos trabajos que lideró el padre de Tzuyu quien como ofrenda por su ayuda le dejó una de las mejores salas a su nombre.

—¿Te quedarás esta noche? —preguntó Tzuyu mientras se dirigía al bar a elegir una de las tantas botellas de vino que tenía como reserva para momentos importantes.

—Sí, ¿Eso es lo que quieres no? —respondió mientras se acercaba a ella por detrás y comenzaba a quitarle el blazer negro que llevaba puesto para dejarlo sobre uno de los sofás.

—Ya lo sabes bien —Tzuyu tomó el botellón y las copas para el vino. Ambas tomaron asiento en el cómodo sofá y la bebida fue servida.

En un principio la relación de ambas se basaba en mero trabajo, Tzuyu la había contactado luego de leer su expediente el cual cumplía con todas sus necesidades, dos días después de aquella llamada la mayor había llegado a Seúl desde Tokio.

Pero pronto comenzaron a entablar conversaciones fuera del tema laboral, Tzuyu comenzó a tener un interés por saber más de ella y viceversa. Cuando obtuvieron un poco más de confianza empezaron a decirse indirectas como si fuera una clase de juego, las miradas de complicidad se volvieron parte de la rutina y una noche Sana se vio envuelta entre los curiosos e inesperados encantos de Tzuyu.

Comenzó con frases que lograban un escalofrío en su cuerpo, luego con inesperados besos que la habían hecho temblar hasta que de un momento a otro siempre terminaba en la cama de su superior.

Un año había pasado desde que aquellos actos se llevaban a cabo la mayoría de las noches. No podía negar que se sentía atraída física y hasta sexualmente por Tzuyu, podría decir que hasta tenía sentimientos amorosos hacia ella pero parecían ser un problema para Sana, especialmente porque no le parecía correcto mezclar el trabajo con las relaciones personales y porque no lograba comprender del todo a Tzuyu, no sabía hasta dónde era capaz de llegar.

𝑩𝒓𝒆𝒂𝒌𝒖𝒑 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒐𝒎𝒆𝒃𝒂𝒄𝒌 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora