Capítulo 3

816 90 0
                                    

Han pasado tres días desde el encuentro entre Roseanne y Jennie y sería una vil mentira decir que ambas no han podido parar de pensar en ese día. Tampoco es como si la rubia pudiera aceptarlo tan fácilmente, Jennie había hecho acto de presencia en su vida después de cuatro años y eso le confundía bastante, aunque tampoco puede negar que se molestó al saber que ella ya llevaba un año en Seúl y Roseanne no estaba enterada.

Un sonido agudo le hizo volver en sí, su teléfono indicaba que un mensaje nuevo le había llegado así que dejó de lado sus pensamientos y se dedicó a leer lo que decía.

"Hola, soy Jennie."

"Jisoo me dijo que seguías manteniendo el mismo número, espero que no te moleste mi mensaje."

Sin darse cuenta sonrió ¿Cómo podría molestarle? Tal vez debería. Se suponía que Jennie había terminado con ella, era extraño que comenzaran a hablar como si nada, aunque por más que quisiera Roseanne no lo veía así. La castaña pasó muchos años alegrando su vida, no importa si aquella chica rompió su corazón una vez, después de todo no había opción, en algún momento sucedería.

"Buen día Jennie" respondió.

"Claro que no me molesta, es un agrado en realidad"

Luego de aquello dejó de lado su celular. Una risa traviesa se escuchó detrás de ella, al voltear se encontró con la persona que llevaba esperando hace más de media hora.

—¿Con quién hablabas? Parecía interesante, de todo el tiempo que llevo aquí nunca te había visto sonreír de esa forma —preguntó con intriga la joven quien para su dicha era una de las pocas personas cercanas a Roseanne en la empresa de su padre.

—Con nadie, llegas tarde Lia, ya estaba por irme, tú sabes que los sábados no trabajo —la nombrada asintió y se sentó encima del escritorio de su mayor mordiendo uno de los dulces de orozuz que se encontraban ahí— ¿Qué es lo que tienes para mí? —preguntó Roseanne acercándose a ella para quitarle el frasco que contenía más de ese caramelo de sus manos.

—Estuve investigando lo que me pediste —Roseanne enarcó una ceja esperando más explicaciones— Aceptarán vender el terreno sólo por la cantidad que ellos piden, es su único requisito.

—¿Y cuánto quieren? —inquirió tomando asiento en el reposabrazos de uno de los sofás de su oficina.

—Seiscientos millones de won —dijo como si nada y Roseanne le miró con el ceño fruncido— No me mires así, tiene departamentos, supermercados y un hospital alrededor, es una suma justa —buen punto.

—Está bien, programa una reunión el lunes en la mañana para ver los últimos retoques de los planos y una reunión en la tarde con los dueños del terreno, diles que se lo vamos a comprar.

—Por su puesto, lo que tú digas pero, ¿El jefe sabe sobre esto? —realmente a Lia no le importaba, después de todo sólo era una secretaria, pero le gustaba indagar.

—No tiene por qué saber aún, es mi dinero de todas formas —respondió observando la hora— Ya se me hace tarde, debo irme.

—¿No te despedirás de mí? —preguntó divertida Lia quién aún seguía sentada en el escritorio. Roseanne nunca había conocido a una secretaria que no se comportara como tal, de todas formas no le disgustaba ya que a la hora de pedir la opinión de Lia en algunas cosas realmente le servía bastante.

—Siempre tan insolente con tus superiores —Lia rodó los ojos y sonrió al sentir los labios de la mayor en su mejilla— Adiós, si ves a mi hermana no le causes problemas.

𝑩𝒓𝒆𝒂𝒌𝒖𝒑 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒐𝒎𝒆𝒃𝒂𝒄𝒌 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora