Lecciones de amor

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-Este es un plano anatómico humano- dijo Tang, desplegando una lámina y colocando unos pesos en los extremos para que se quedase donde debía -A menos que MK esté pasando por algunos cambios físicos importantes, su cuerpo es algo parecido a esto.

Red Son observaba la ilustración con el ceño fruncido.

-Parece similar a la anatomía demoníaca simple.

-Es decir, la que no difiere mucho de la humana, ¿verdad?

-Así es, aunque usar ciertos elementos de poder o magia puede modificarlo, de forma temporal o permanente. Aunque no creo que eso suceda cuando estemos...

-Es más parecido a una danza que a una batalla, joven Red.

-¿MK sabe bailar eso?

-Al menos ya lo ha hecho con otras personas, así que algo sabe, sí- Tang se acomodó los anteojos -Así y todo, lo mejor es que empiecen despacio y encuentren su propio ritmo. Tienen mucho tiempo por delante, y cada pareja es distinta en sus detalles.

Red Son calló.

-Ahora, joven Red, aquí tengo un plano anatómico de un demonio con anatomía simple. Supuse que es su caso.

-Algo así, sí- pasó los ojos por la lámina nueva -Aunque esto no está y aquí tengo otra cosa. Y mis cuernos...

-¿Sí?

-Mis cuernos son algo más pequeños. Casi no se notan ahora.

-Pero eso cambiará con los años.

-¿Le gustará a MK?

-MK no te pedirá que cambies cosas de tu cuerpo por él- omitió mencionar las transformaciones del rey mono y sus posibles usos. Mejor que lo planteasen ellos en su momento.

-¿Podrá quedar embarazado?

Tang se lo pensó.

-Lo dudo, pero mejor es prevenir que curar. Después de todo, esto debería ser algo agradable para ambas partes. ¿A cuánto puede subir tu temperatura corporal? ¿Puedes controlarla en momentos de ritmo cardíaco alto? ¿Y tus fluidos corporales, como la transpiración o...?

-Ah- Red Son pareció recordar algo, y luego se tapó los ojos con una mano -Cierto. Dudo que él sea tan resistente como... ah... - dejó caer su mano y miró a Tang -¿Cuán resistentes son los humanos a líquidos calientes dentro de sus cuerpos?

-MK no es exactamente humano, ni mortal.

-Pero tú sí.

Tang levantó una ceja.

-Y tú tienes experiencia con demonios.

-¿Qué sugiere, joven Red?

-Quiero practicar contigo para no dañar a MK.

Por unos segundos, Tang se planteó varias respuestas.

1- ¿Y a mí sí me dañarías sin reparos?

2- Pigsy podría plantear alguna que otra objeción.

3- ¿Empezamos ahora mismo?

Eran las tres más importantes, aunque muchas otras revoloteaban por allí.

-Joven Red- dijo, despacio -¿Qué es lo que quiere, en específico?

-Quiero practicar tener sexo contigo para que cuando lo haga con MK no lo lastime.

Era algo puramente didáctico, Tang lo sabía. Tenía curiosidad, y sabía que los demonios tenían visiones distintas de lo que eran las relaciones, románticas o sexuales. ¿Cuántas veces en la historia se había documentado algo así? Y, en especial, entre dos sujetos que querían hacerlo, con las normas claras y los límites bien establecidos. Red Son no tenía intención aparente de quedarse con él, no de esa manera.

Cómo aman los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora