Dos chicas que no buscaban el amor, tropesaron con el cuando menos lo esperaban, unos ojos verdes esmeralda se juntaron con los de color chocolate y desde ese momento no pudieron separarse.
Lauren G!P
Contenido explicito
-Aquí vamos de nuevo- una nueva mañana se asoma por mi ventana, nunca he sido mucho de levantarme temprano, pero desde que me volví el presidente de las empresas de mi familia no me quedaba otra opción.
Me levanté apagando la alarma de mi teléfono y me dirigí al baño mientras frotaba mi ojo izquierdo, necesitaba una ducha urgente si quería despertar rrápido.
No tardé más de 20 minutos en hacer mi aseo matutino y salir sólo con una toalla alrededor de mi cintura hacia mi armario; había tenido una vida privilegiada sin duda alguna, pero mis padres se encargaron de enseñarme a mantenerme humilde y con los pies sobre la tierra sin importar cuánto dinero tuviera en el banco, además de ser unos increíbles padres siempre me apoyaron y me ayudaron a aceptar y manejar mi situación, nací de esta forma y durante un tiempo me hizo sentir un monstruo pero aprendí a aceptarme como una persona intersexual que soy, no soy una cosa extraña, solo soy.... Diferente.
Los años de escuela fueron algo duros cuando se enteraron de mi situación, algunos se encargaron de lastimarme mucho y no sólo de forma verbal, también recibí muchos de golpes de parte del equipo de Basketball, fueron tiempos difíciles para mi.
Cuando entre en la Universidad todo fue diferente, ahora sólo debía escapar en algunas ocasiones de chicas desesperadas que querían conocer a mi "amiguito". Era muy incómodo porque no quería acostarme con ellas o que me vieran como animal de feria.
Tomé un pantalón de gabardina negro que me quedaba entallado y me coloqué una camisa blanca acompañada de una corbata gris plomo y un saco negro también, un fino reloj adornando mi muñeca junto con mis gemelos que llevaban mis iniciales grabadas "LJ", un poco de mi perfume favorito y baje a desayunar.
La señora que trabaja en mi casa es una mujer simplemente agradable y única, lleva un par de años trabajando para mí y se ha sabido ganar mi cariño, siempre le gusta consentirme, sobre todo si de comida se trata, mientras bajaba las escaleras con rumbo a la cocina mis fosas nasales se llenaron de un delicioso aroma a huevos y tocino y un poco de café recién hecho, esboce una ligera sonrisa y entre a la cocina.
-Buenos días Grace, ¿Qué tal amaneces está mañana? - deje un suave beso en su mejilla mientras la veía sonreír un poco y terminaba de preparar el desayuno.
-Buenos días mi niña, veo que hoy por alguna razón despertaste de buen humor, me gusta verte sonreír-
Agité mi cabeza en forma de broma mientras ponía mis ojos en blanco, hasta a mí me sorprende el buen humor que tenía esta mañana considerando que desperté a las 6:15am.
-Lo sé Grace, pero no siempre es tan sencillo, el trabajo a veces me consume tanto que ni ganas de sonreír me deja-
Solté un suspiro, era cierto, habían días en los que el cansancio y estrés eran tal que no quería ver a nadie en mi rango de visión o explotaría, sólo quería irme a mi cama a descansar.
-Lo sé mi niña pero en esta vida no todo es trabajo y negocios, ¿porqué no te tomas de vez en cuando un tiempo para ti? y quizás salir de fiesta y conocer a alguna chica que te saque más sonrisas - dijo mientras acariciaba suavemente mi mejilla y me dedicaba una tierna sonrisa, adoraba a esta señora era como mi segunda madre.
-No es tan fácil sólo dejar todo, pero te prometo que buscare la manera de hacer un espacio en la agenda y salir algún día con mis amigos -
Mi promesa la dejo un poco más tranquila, ella sabía que la cumpliría, siempre cumplía mis promesas sin importar que tanto me costara, las cumplía.
Debo admitir que siempre me había imaginado teniendo una familia, alguien que me esperara cada noche en casa además de Grace, alguien con quien viajar y disfrutar del mundo, una chica que fuera esa pieza que faltaba en mi vida y que llenará de colores y amor mis días y po que no quizas tal vez hijos en un futuro, pero con 27 años aún no llegaba esa hermosa chica que me robara el aliento.
No digo que no hubiera alguna chica, sólo que ninguna especial, todas las mujeres con las que había estado en algún punto de mi vida, sólo estaban conmigo por mi dinero, los lujos que podría ofrecerles o el estatus social, ninguna realmente me quería por lo que soy.
Luego de terminar mi desayuno en silencio mientras leía el periódico como todas las mañanas me fui a mi trabajo despidiéndome con un abrazo y un beso en la sien de Grace.
Baje al estacionamiento y entre en mi auto un Audi R8 color gris, amaba ese auto fue un regalo de mi padre a los 23 cuando me graduaba de la Universidad, encendí la radio y de inmediato "Summertime Sadness de Lana del Rey" inundaba todo el interior de mi auto, me adentré en las concurridas calles de Miami.
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25 minutos más tarde estaba entrando a mi oficina en el edificio principal de la compañía "Morgado's Enterprise Inc.", hoy sin duda sería un día agotador era viernes y el trabajo los viernes, aunque no quiera se multiplicaba por 10 así que tome una bocanada grande de aire y me dispuse a concentrarme en todo el papeleo.
Me senté en mi escritoio y comence a leer los cientos de correos que tenia pendiente, firmar algunos contratos, rechazar otros y tener unas cuantas reuniones por zoom con algunos clientes que estaban al otro lado del pais incluso fuera de este. Me enorgullecia de todo el éxito que estaba teniendo la empresa estos últimos meses, si bien mi padre habia hecho un gran trabajo yo también me he esforzado mucho desde que me dejó a cargo.
