El regreso del shou escoria

CAPÍTULO 3

"¿Cómo decirlo?"

Después de un rato, Xu Yue volvió a su asiento con una expresión de madera. Chu Yi regresó un poco más tarde, caminando con brisa, lleno de las alegrías de la primavera.

Song Laoshi preguntó: "¿Por qué tardaste tanto?"

Xu Yue estaba a punto de decir una mentira para encubrir lo que había ocurrido cuando Chu Yi respondió de forma preventiva: "A'Yue no se sentía muy bien. Entonces, lo ayudé un poco".

Parpadeó hacia Xu Yue y preguntó: "A'Yue, ¿no es así?"

Xu Yue no le respondió. Simplemente se volvió hacia Song Laoshi y dijo: "Ya es tarde. Te enviaré a casa".

"No hay necesidad".  Respondió Song Laoshi

Xu Yue susurró: "Lo siento".

No dijo por qué se disculpaba y Song Laoshi no preguntó. En cambio, sonrió amablemente y dijo: "Contáctame nuevamente cuando tengas tiempo".

Este es un pretexto común para no volver a verse después de una cita a ciegas. Xu Yue se despidió de él en la entrada del restaurante. Tan pronto como Song Laoshi se fue, Chu Yi puso una de sus manos sobre el hombro de Xu Yue y preguntó: "¿Crees que ha visto a través de nuestro adulterio?"

Los ojos de Xu Yue se volvieron más fríos.

Chu Yi rápidamente se retractó de sus palabras: "Eso está mal. Somos una pareja franca y directa ahora. Esa palabra no se aplica a nosotros".

"¿Quién tiene una relación contigo? No recuerdo haber dicho que podríamos volver a estar juntos".

"Incluso si no estás de acuerdo ahora, lo estarás tarde o temprano".

Chu Yi lo miró con una leve sonrisa, como siempre con una actitud resuelta . Como hace tantos años, cuando persiguió a Xu Yue solo para ganar una apuesta que tenía con algunas personas. Había bloqueado a Xu Yue en el camino a casa desde la escuela y dijo imperiosamente: "Xu Yue, me he enamorado de ti ".

Xu Yue no era más que una broma para él entonces.

Todo eso lo supo mucho después.

Xu Yue fue al estacionamiento subterráneo para recoger el auto. Chu Yi lo siguió de cerca. Tan pronto como la puerta del auto se abrió y él se sentó, despreciando que lo echaran de nuevo.

Xu Yue no se molestó con él esta vez y condujo directamente a casa. Tan pronto como entraron a la casa, Chu Yi se derrumbó en el sofá. Ladeó los pies y gritó de dolor.

Xu Yue lo miró y preguntó: "¿Qué pasa?"

"Caminé demasiado mientras te buscaba. Ahora, mis pies están desgastados".

No usaba calcetines. Incluso desde la distancia, Xu Yue pudo ver que, de hecho, tenía ampollas en los talones. Siempre fue un joven maestro mimado. A veces, cuando el sexo era feroz, había rastros de moretones por todo él.

Xu Yue recordó que tenía medicamentos en casa. Después de hurgar un rato, lo encontró en uno de los cajones del dormitorio. Salió a la sala de estar y le arrojó la medicina a Chu Yi.

Chu Yi no lo captó, solo dijo: "No puedo aplicarlo yo mismo".

Xu Yue se paró en medio de la sala de estar mirándolo.