prologo

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-Cómo no puedes entender que no me quiero casar, el matrimonio es una mierda solo te aprisiona a no tener nuevas aventuras, tener mucho sexo, ser libre, lo único que hace es estar con un puto marido qué te tiene todo el día encerrada porque lo único que quiere es que le cocines, le planchas y cries a sus putos hijos- le digo como por quinta vez a papá, mierda no puedo entender eso.

-Primero jovencita no me hables así yo soy tu padre, segundo ya estás demasiado mayor y quiero nietos, tercero haría muy bien para la empresa tendríamos nuevos socios y mejor situación financiera, es perfecto-dice sonriendo.

Me quedo en silencio un momento, cómo es posible qué el hombre qué tengo al frente cual se hace llamar padre me esté pidiendo qué me casé con un hombre que ni siquiera conozco para mejorar su situación financiera, me mando 17 años a un internado porque no me soportaba, nunca me llamo para mis cumpleaños y con suerte los regalos que me mandaban era gracias a su secretaria.

Ahora entiendo porque mamá nos abandonó, quién puede soportar a un hombre así.

En pocos segundos vuelve a la realidad...

-¿Es un chiste no?, no me voy a casar con un hombre para llenar más tu asqueroso bolsillo, no lo mereces, eres de los hombres más ricos del país y quieres más?, Quién te entiende-con eso me la vuelta para retirarme.

-Sales por esa puerta y te olvidas que tienes padres- dice mi querido padre.

Sin darme vuelta le digo...

-¿Y alguna vez lo tuve?-sin más que decir me retiro.

Nuestra pequeña drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora