Herido

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Espero que les guste~

Dale estaba en medio de una comicon, en su pequeño stan y con sus amigos de siempre en la misma zona, sacando su teléfono para grabar en vivo, mostrando una gran sonrisa mientras hablaba con los pocos fans que se conectaban pero que de igual manera, lo hacían muy feliz.

-¡Gracias por todos sus comentarios, mis adoradas nueces!- agradeció con entusiasmo, un nuevo comentario apareciendo y llamando su atención. -"Vi a Chip entrando al hospital, se veía muy golpeado ¿Él está bien? ¿Tuvieron una pelea?"- leyó, confundido. -No, no tuvimos ninguna pelea, yo...- tardó unos segundos para que su cerebro se diera cuenta. -¡¿Hospital?!- chillo, preocupado. Entró en pánico, lleno de preocupación y con su mente hiperactiva imaginándose las peores posibilidades. Intento llamar, su miedo sólo creciendo al no recibir ninguna respuesta. Miró a su alrededor, tenía que juntar todas sus cosas e ir a buscar a su amigo, queriendo asegurarse que estuviera bien. Uno de sus amigos le aseguró que se encargaría de juntar sus cosas y gritando un gracias, salto y corrió hacia su auto.

... ... ... ...

Chip estaba totalmente acostumbrado a cuidarse solo, había aprendido a hacerlo desde los últimos 30 años. Así que cuando se lastimó mientras paseaba a Millie, después de enterarse que su paseador usual no podría llevarla ese día, estaba dispuesto a cuidarse a sí mismo.

-Chip...- habló quien lo atendió y lo ayudó. -...necesitas descansar, reposo completo- era una orden, no una simple sugerencia.

-Tengo trabajo- contesto con una mueca. Tenía un esguince de muñeca, la cual estaba inmovilizada con una venda y elevada ahora con una férula, con moretones y raspones bien ocultos gracias a su pelaje. Todo eso fue bastante leve, teniendo en cuenta que Millie se había asustado por un perro más grande y lo había arrastrado por todo el parque en su intento de huir, la corre enredada de alguna manera en su pequeña muñeca. -Bien, bien, iré a descansar- acepto ante la mala mirada que recibió ante su respuesta. Así que salió, adolorido y cansado, con un certificado médico doblado en uno de sus bolsillo y avisando al trabajo con su teléfono, queriendo tomar agua y solo dormir en estos momentos. Bostezo, pensando en cómo volver a su casa, cuando una bocina llamó su atención, un auto muy familiar acercándose y deteniéndose, alguien de su tamaño y con una camisa hawaiana muy vistosa bajando de un salto.

-¡Chip!- corrió hacia su amigo herido, alzando sus manos para acunar suavemente el rostro ajeno, mirándolo con preocupación. -¡Te ves horrible!- soltó sin pensar ante el desordenado aspecto del pelaje ajeno. -¡Y estas herido!- agregó al ver la férula.

-Dale...- llamo, confundido al verlo. -...¿Qué haces aquí? ¿No estabas en una convención?- recuerda eso porque el menor lo había hecho prometer que iría a verlo cuando estuviera libre.

-Alguien en mi transmisión me aviso que estabas herido...- contestó, soltando su rostro para tomar la mano sana del mayor. -...te llame pero no respondías, así que pensé lo peor...- bajo ligeramente las orejas. 

-Lo siento- hizo una ligera mueca, había estado hablando con su jefe, así que no había visto las llamadas perdidas. Dale apretó la mano ajena, dejando escapar un largo suspiro.

-...¿Estás bien?- preguntó con preocupación. Su amigo se veía despeinado, cansado y por la forma en la que estaba algo encorvado, de seguro estaba adolorido.

-Si, si, si- asintió rápidamente, dándole un suave apretón a las manos de su amigo, sintiéndose mal ante su preocupación. -Millie se puso algo...salvaje en su paseo de hoy- espero un risa o una sonrisa pero su amigo estaba más atento a su muñeca herida. -Dale, estoy bien...- le mostró una pequeña sonrisa, un poco extrañado al decir verdad. Estaba tan acostumbrado a estar solo, a cuidar de sí mimo, que la preocupación de su amigo por su aspecto y su estado era extraño, de una buena manera. -...estoy bien, en serio, solo un poco golpeado pero nada grave y que no se pueda solucionar con algo de descanso- le dio un suave tirón a la mano ajena, el menor no perdiendo la oportunidad de acercarse. Dale no dudo en soltar la mano del mayor, optando por abrir los brazos para poder rodear a su amigo en un suave abrazo, teniendo en cuenta su estado.

-Pensé que algo malo te había pasado...- murmuró contra su hombro, aferrándose, un poco más calmado ahora que veía con sus propios ojos que su amigo estaba relativamente bien.

-Lo siento- le devolvió el abrazo con una sola mano, palmeando suavemente la espalda ajena, conmovido por la preocupación y el cuidado repentino. Se dejó arrastrar hacia su casa, sin molestarse cuando su amigo básicamente se invitó solo y entró, quejándose un poco cuando fue empujado hacia la cama y con la orden de descansar. Tenía la sensación de que Dale estaría algo protector hasta que estuviera curado.

Chip y DaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora