Protector

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Ellos en serio me gustan ^_^

Espero que les guste~

Chip era pequeño, así que estaba acostumbrado que los demás se elevaran por sobre su pequeña estatura. La mayoría eran amables, así que realmente no tenía problemas con estar junto a ellos o incluso hablar con ellos pero siempre había alguien molesto, creído por ser más grande y alto que una pequeña ardilla.

Era una zarigüeya si mal no lo miraba, antropomorfo, con los dientes chuecos y sonrisa burlona, dándole empujones, burlándose de su estatura. Chip lo ignoro, había tenido que aguantar a tantos clientes diferentes en su trabajo, que sabía que ignorar a los molestos era lo mejor que podía hacer pero ese tonto no parecía entender la indirecta, siguiéndolo de cerca, sin cesar sus burlas.

Estaba arto, su paciencia llegando a un límite, pero no estaba dispuesto a dale el gusto de contestarle, así que decidió simplemente alejarse todo lo posible antes de perder lo poco que le quedaba de autocontrol y ceder al impulso de golpearlo. Apuro un poco el paso, solo para ser detenido por un fuerte agarre en su brazo.

-Sueltame- se volteo a ver al más alto, frunciendo el ceño, el agarre en su brazo firme y fuerte hasta el punto en el que dolía.

-¿O sino qué, enano?- bufo la zarigüeya con tono burlón. Chip abrió la boca, dispuesto a decir lo que sea que se le viniera a la mente con tal de que lo soltara y pudiera alejarse, pero algo más sucedió. Un brazo rodeando su cintura lo sobresalto, un firme tirón haciéndolo retroceder y suspirando de alivio cuando la zarigüeya lo soltó, notando entonces a su salvador, abriendo los ojos con sorpresa y asombro.

-¿D-Dale?- el menor se veía salvaje, con el pelaje erizado y el ceño fruncido, algo que era poco común en él. Estaba tenso, podía sentirlo, mostrando los dientes en un repentino gruñido y luciendo amenazante, su agarre firme alrededor de su cintura. Chip no presto atención a nada más, sus ojos fijos y llenos de asombro viendo la expresión de su amigo, una que había visto muy pocas veces. Era protector, lo había sido incluso cuando eran niños, pero eran pocas las veces en la cual se ponía así, salvaje y luciendo dispuesto a lo que sea, era sorprendente verlo, en especial después de tanto tiempo.

-¡Chip!- el mencionado de sobresalto ante el llamado, parpadeando, notando entonces que la expresión salvaje y protectora de su amigo ahora era reemplazada por una llena de preocupación, sus ojos realistas y celestes mirándolo, casi analizándolo en busca de heridas. -¿Estas bien? No te hizo nada, ¿verdad?- preguntó ligeramente frenético, soltando la cintura del mayor solo para tomar sus manos.

-Estoy...- se aclaró la garganta ligeramente. -Estoy bien, Dale- sonrió ligeramente, dando un apretón a las manos ajenas, notando como la expresión del menor se relajaba un poco. -No me hizo daño, llegaste justo a tiempo- no iba a admitir en voz el alta que su brazo estaba sentido ante el agarre ajeno, no sabiendo que su amigo se volvería loco y frenético de preocupación si se lo decía.

-Que alivio...- y se lanzó a abrazarlo con fuerza, apretando con sus manos la chaqueta que el mayor usaba, sonriendo con alivio. -...estoy tan feliz que estés bien- Chip tarareo, correspondiendo el gesto rápidamente, enterrando ligeramente su rostro en el hombro ajeno. Podía sentir que sus mejillas ardían, de seguro sonrojadas bajo su pelaje, sintiéndose protegido y confortado.

Chip y DaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora