Capítulo 16

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Algo en todos nosotros se desmoronó, como una torre de madera en la que alguien quitó la pieza incorrecta a una velocidad y torpeza inadecuada

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Algo en todos nosotros se desmoronó, como una torre de madera en la que alguien quitó la pieza incorrecta a una velocidad y torpeza inadecuada. Terminamos de ver el video en su totalidad, desde dónde quedamos hasta que se despide la persona. El daño era peor del que había pensado en su momento, era más que una traición de Val al no decirme la verdad sobre mi vecino, se había creado la impresión de que éramos artistas estafadores y que habíamos estado engañando al público; nada fue accidental. Las pruebas del video rondaban por mi cabeza que, aunque rebuscadas, dichas con la combinación de palabras correctas se creaba la peor de las mentiras.

Parte de ello era un poco mi culpa, al nunca usar mis redes y depender solo de las de Pedro y sumando la casualidad del destino, yo daba la apariencia de una persona hermética y sospechosa. Alguien falso. Por su parte, Val estaba en apuros porque no tuvo la oportunidad de salir del clóset como quería. La conocía bien como para asumir que eso le había caído tan mal como el resto del video. Tampoco he tenido la oportunidad de emocionarme por ambas, mi furia era tal, que me costaba quedarme en algún pensamiento bonito.

—Nos jodimos —susurró Pedro, quién estaba de pie detrás mío—, ya no hay más nada que hacer, millones de personas vieron este video y no me quiero imaginar los comentarios.

Me mordí el labio de los nervios mientras daba los toques a la pantalla para poder leer lo que decían los espectadores. Sostuve el celular para que todos, incluidas Val y Liv que estaban a mi lado, pudiesen ver. Decir que el más suave era un insulto hacia lo mal que me vestía no era exageración. Incluso, había varios debatiendo sobre si era una aprovechada de la gente a mi alrededor, o si Liv era la mente maestra de todo el plan.

—Vamos por orden —dije bajando el celular y tragando grueso—, no sé qué hacer, no les voy a mentir, pero aquí hay mucho de qué hablar.

Di unos pasos hacia adelante, apartándome de la cercanía de los demás. Por un lado, me moría por solucionar este problema y por el otro, deseaba estar sola. Lo segundo no me ayudaría en nada, porque lo más probable era que nunca sabría la otra versión de la historia. Quizás me convendría lanzarle zapatos a todo el mundo y acabar con mi frustración. Pero no era violenta.

Caminé hacia el sofá y me senté. El hormigueo comenzó a molestar mis extremidades, pero intenté que no se me notara. Frente a mí tenía, en parte, a los culpables de mi estado de ánimo. Por supuesto, era consciente de que la situación se salió de las manos y ya no había nada que lo solucionara.

Cuando la gente en internet hablaba mal, esas opiniones quedaban marcadas de alguna forma. Me imaginé que, en un futuro cuando todo se calmara, alguien sacaría la situación de nuevo. Sería difícil controlar la verdad ya que siempre existirá el grupo de personas que no cambian de idea. Si la información del video se esparcía, estaríamos jodidos a niveles irreversibles.

Todos los presentes en mi sala éramos conocidos en las redes y eso suponía que nuestra marca se quedaría ahí para siempre. Alguien en el mundo nos recordaría así eliminemos nuestro supuesto rastro. Un meme, aunque pase de moda, siempre será recordado en la sociedad por alguna persona. Mis amigas tenían su negocio y quizás se vea perjudicado, eran influencers después de todo.

Las mentiras de Mara [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora