💜Mi primera historia larga versión Junghope💜
"¿Cómo comparas la necesidad de extrañarte con la de amarte?"
"Simple; Que en ambas la necesidad se trata de ti"
"Donde Jungkook necesita a Hoseok y Jimin como el aire para respirar"
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Jungkook era un alfa altanero al que no le importaba pasar por encima de los demás con tal de obtener lo que desea.
Sin embargo todo alfa tenia quien lo detuviera y ese era Seokjin, el omega era casi una madre para él, aunque fuese pareja de su mejor amigo y solo le llevara un par de años.
Y ese día era su cumpleaños, el omega le había gritado infinidad de cosas por haberlo olvidado y sobre todo lo maldijo cuando obviamente no le regalo nada.
Así que ahora se encontraba ahí, caminando a paso lento y frustrado hacia una pequeña pero, "agradable florería" que su mejor amigo Taehyung le recomendó.
"Nada mejor que un hermoso ramo de flores para un omega que tiene todo" porque literalmente a Seokjin no le faltaba nada y era difícil darle algo que lo emocionará. Unas flores no eran una idea fascinante sin embargo recordó que una vez Seokjin comento que le gustaría que Nam le diera flores en tonos rosa.
El no era su esposo Namjoon, pero le daría esas malditas flores o probablemente le aporrearía su regalo en la cara. Y unas flores no era algo que la gente quisiera aporrear o romper.
Bueno él sí quería, pero daba igual. Le daría unas malditas flores.
Sus pasos se detuvieron frente al enorme y colorido letrero pintado a mano, "Cóctel de Flores" estúpido nombre para un estúpido lugar. Lo odiaba. Lo odiaba mucho. Se quejo.
El lugar no era feo. Pequeño si, pero el ambiente floral era aceptable, la puerta era de material transpirable, perfecta para permitir que el aire filtrara por dentro. Estúpida puerta.
Se adentró. El aroma a flores golpeo sus fosas nasales causándole nauseas de lo agradable que era. Mucha dulzura para su corazón frío.
Frustrado dio unos cuantos pasos, haciendo sonar la campanilla de entrada.
Estúpida campanilla.
Mal miro lo que lo rodeaba y sus ojos se centraron en un ramo de lirios en color rosa pastel y coral, remojadas en una cubeta de agua.
Estúpidamente bonitas.
Acercó su mano, pero esta choco con las rosas rojas a un lado de estas. Un espino se clavo en sus dedos haciéndole sangrar.
—¡Maldición!—. Gruño enfadado.
Llevándose los dedos a la boca para chupar la zona herida. Miro las rosas con recelo y chasqueo la lengua furioso.
—¡Maldito Tae! ¡Maldito Jin! ¡Malditas flores!—. Gruño furioso, sin dejar de maldecir.
—Yo creo que las flores no tienen la culpa de su enojo, señor—. Esa voz...
Tal dulce, tan chillona y tan malditamente bonita como esas que te causan cosquillas en el estómago.
Se volteo, enfrentándose con un chico que le hizo abrir sus ojos en asombro. Bajito, menudo y adorable.
