𝑌𝑜𝑢'𝑟𝑒 𝑀𝑦 𝑃𝑒𝑡 + 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖𝑣𝑎𝑛

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Ambos se encontraban en la mesa, uno disfrutando la cena y el otro viéndolo mientras un cigarrillo posaba en sus manos esperando a ser consumido.

—volvere a preguntar— empezó el más alto

—seré tu mascota— menciono el ojeroso con una sonrisa

—¿Qué?— susurró para si mismo, pensando en lo que estaba pasando.

—seré tu mascota a cambio de quedarme en tu casa— repitió

—¿no tienes dignidad?— experto sorprendido

Con un pequeño asentimiento de cabeza respondió un fuerte y claro —no— y se levantó con una sonrisa para ir rumbo a la sala

—¿Estás seguro de lo que estás aceptando?— repitió

—si— dijo tumbado en el piso boca abajo —ya es la doceava vez que me preguntas eso— menciono cansado

Iván se levantó de la mesa y recogió los platos usados por el menor, para seguidamente lavarlos y colocarlos en su lugar. Camino rumbo al sofá de la sala y vio al chico que se encontraba leyendo un cómic, estaba intentando procesar lo que acababa de hacer, adoptó una mascota, mascota que resultó ser un chico.

—oye, sígueme, te voy a mostrar todo el departamento— menciono con calma

Empezaron caminando y explicando dónde estaban las cosas, desde la entrada del departamento lo primero que se veía era la sala, a la derecha la cocina y el pequeño comedor, del lado izquierdo la habitación del propio Iván, y justo enfrente de este el baño. Una vez dentro de este último comenzó una pequeña conversación

—intenta no tomar baños después de las 12 porque si no los vecinos van a venir a molestar— le explicó el más alto —las toallas están en ese cajón — señalo un pequeño mueble en el que al parecer habían más cosas

El ojiverde observó el lavabo y sujeto un cepillo de dientes nuevo —¿Puedo tener esto?— pregunto

—seguro— respondió sin más y salieron de ahí.

Una vez más estando en la sala, el mayor señalo el pequeño piso que estaba justo arriba del baño

—te puedes quedar ahí, en un momento te doy colchas y almohadas— expreso —por cierto, tienes prohibido entrar a mi habitación—

—¿puedo preguntar algo?— un sonido afirmativo fue su respuesta y continuo —¿Por qué tienes un departamento así de grande para ti solo?—

—porque mis padres pensaban que me iba a casar pronto, así que para que no molesten mucho la terminé comprando— explico

—¿Te vas a casar?—

—no—

El lugar quedó en un silencio, incómodo para el menor y completamente cómodo para el mayor, este último nuevamente tomo un cigarrillo y lo coloco en sus labios para en seguida prenderlo.

—lo siento— susurró

—¿Por qué?, No es como que fuera tu culpa el hecho de que no tenga pareja—

—es cierto, como sea, ¿Cuál es tu nombre?—

—Iván buhajeruk —

—eso ya lo se, lo dice en la entrada— menciono obvio el otro —me refiero a algún apodo—

—no tengo, pero mi segundo nombre es Raúl—

—oh, ya veo, ¿Cómo debería decirte?— el joven de cabellos rebeldes estaba merodeando por toda la sala moviéndose de un lado a otro pensando en algo— ya se, Ivancito, no, Ivi, no, tampoco, Raulito, no me convence, creo que Ivancito— el mencionado solo lo quedó viendo con una mueca de disgusto —Ivancito, ¡Ivancito!— grito de la nada