Después de haber estado ensayando toda la tarde se sentía más tranquilo, estaba terminando de estirar para irse mientras pensaba en su situación actual, tenía miedo de que su pelinegro lo corriera de la casa. Sin ganas solo salió de la academia en la que practicaba y se despidió de sus amigos.
Apenas salió recordó el regalo que le habían dado, ni siquiera lo había revisado solo lo metió a la mochila, hasta ese momento en el que la curiosidad lo invadió. Tomo la bolsa de regalo y justo antes de abrirlo alguien lo llamo.
—oye Rodrigo, se que hablas más con karchez pero me preocupo por ti — menciono axoxer —¿En serio no tiene problemas con vivir como una mascota?—
—no, soy bastante feliz—
—así que vives de mantenido— afirmó
—no de mantenido, de mascota— corrigió
—¿puedes ayudarme con algo?— pregunto
El castaño solo asintió y comenzaron a caminar, era realmente tranquilo, tenía mucha curiosidad por lo que quería decirle pero esperaría a que su menor quisiera hablar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por otro lado el pelinegro estaba justo frente al rubio, estaba en una parte de descanso de la empresa, dónde podían ver la vista de toda la ciudad. El ambiente era un tanto tensó y pesado pero el pelinegro tenía miedo de empezar a hablar, tenía miedo de que su amigo estuviera enojado.
—George me dijo que te enfermaste— comenzó a hablar —me preocupa un poco, porque tú nunca sabes cuándo descansar—
—no te preocupes, me está cuidando mo— y en eso se quedó callado de golpe
—¿Alguien te está cuidando?— una sonrisa se plantó en el rostro del más alto —aun así me preocupo, siempre quieres cumplir las expectativas de los demás, se que te graduaste en una de las mejores universidades y que también tenías el promedio más alto de tu clase, pero Iván, no te sobreexijas—
—no es eso, en serio estoy bien— respondió rápidamente
—si tu lo dices te voy a cree, pero recuerda descansar—
—gracia por preocuparte, ¿Tu cómo has estado?— pregunto más tranquilo
—¿Ah?—
El ojiverde había dejado de prestarle atención a su amigo cuando cierto británico apareció en su campo de visión comiendo una galleta. El pelinegro solo se rió y aprovecho para molestar.
—te gusta George ¿Verdad?— las orejas del más alto se pusieron ligeramente rojas —no trates de ocultarlo—
—claro que no— mintió de forma descarada
—hola George— saludo Iván cuando el otro chico paso por su lado
—hola, no los había visto— les dedicó una sonrisa —¿Me puedo sentar con ustedes?— pregunto
