Capítulo 5

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En todos sus años de vida, desde que comenzó a tener relaciones sexuales, Jungkook había experimentado muchas cosas. Se había visto envuelto en situaciones inesperadas, algunas absurdas, otras divertidas e incluso peligrosas, mas era la primera vez que se quedaba completamente confundido en medio de un encuentro íntimo. Todo lo relacionado con ese momento fue de cierto modo único, ¿quién le hubiese predicho que terminaría enredado con alguien como Kim Taehyung?

El susodicho era el típico sujeto que las personas mirarían ya fuera para algo espontáneo y efímero como serio y prolongado. Sexo casual, una relación formal, daba un aire de que servía para ambas cosas o al menos era un buen prospecto para ello. Joven, exitoso, adinerado, de buena familia, atractivo y con un carácter que podría dejar mucho que desear, mismo si por momentos era opacado por el resto de sus cualidades visibles a simple vista.

Si bien no esperó terminar la noche con un hombre así, con Kim Taehyung, Jungkook no comprendía el motivo para que el contrario pasara a vestirse sin más. Pensó que lo hablaría, llegarían a un acuerdo, con sus encantos incluso pudo haberlo hecho ceder o mínimo calmar la dureza entre sus piernas con una masturbación mutua, pero nada de eso parecía ocurrir.

— ¿Es en serio? — Fue todo lo que pudo preguntar sentado ahora en el sofá de aquella gran casa.

— ¿A qué te refieres?

— Al hecho de que estábamos a punto de tener sexo y sin más comienzas a vestirte. — Espetó como si aquel punto no hubiese quedado lo suficientemente claro.

— Tú no quieres tocar fondo y yo tampoco estoy interesado en hacerlo, ninguno de los dos piensa ceder, así que no entiendo qué deberíamos hacer más allá de dejar las cosas aquí. — El tono de Taehyung mostraba despreocupación, como si hablase con un cliente únicamente por cortesía y no porque realmente quisiese hacer negocios.

— De acuerdo, pero ya que estábamos en ello podríamos al menos habernos ayudado a liberarnos correctamente como bien dijiste antes. No sé a ti, jefe, pero me duelen los testículos y no se me baja tan fácilmente. — Se levantó de su asiento para que lo viera, intentando reafirmar su punto.

Jungkook reconocía con facilidad cuando era deseado por alguien, algo que los años habían pulido para su provecho personal, pero le costaba descifrar el modo en el cual era observado por Kim. El mayor mantenía la mirada fija en él, pero no en su cuerpo, aunque en un comienzo lo recorrió rápidamente. Su atención se centraba en sus ojos, un contacto visual tenso que parecía abarcar una mayor zona a medida que el castaño se acercaba.

Con una sonrisa, el menor terminó de acercarse al pelinegro, cuyos ojos brillaban ocultos por un rebelde mechón de cabello que caía sobre ellos. Lo observó relamer sus labios cuando hizo el ademán de estirar su mano para agarrar su cuello, sin embargo, Taehyung simplemente dio un paso atrás y se volteó caminando hacia donde una de las prendas de Jungkook había caído. Tomándola en su mano regresó para entregársela y hacer un leve movimiento de cabeza que lo instaba a vestirse sin decir nada más.

Absurdo el hecho de que ese hombre le hiciera perder el tiempo de esa manera, es que Jungkook no comprendía para qué interrumpió su noche si iba a comportarse como un imbécil. Debe igual que fuera su jefe, una persona atractiva y que hasta hacía algunos segundos atrás estuviera deseando fornicar con él. Ahora, mientras con su lengua empujaba el interior de su mejilla, todo lo que quería hacer era terminar de vestirse y largarse de ahí.

— No hay prisa... — Musitó Taehyung con una calma tal que el contrario optó por ignorar completamente sus palabras. — Dame cinco minutos y te llevaré a tu casa.

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