El trayecto hasta la casa de Taehyung fue un silencio denso, cargado de esa continua tensión que se empeñaba en este en medio de ellos y que ambos podían sentir en la piel, una especie de electricidad que crepitaba en el aire, haciéndolo casi tangible. Ninguno de los dos dijo una palabra, pero no era necesario; sus cuerpos hablaban un lenguaje más profundo, más primitivo. Cuando llegaron, Taehyung abrió la puerta con movimientos precisos y controlados, pero tan pronto como cruzaron el umbral, toda esa contención se desmoronó.
La puerta apenas se cerró detrás de ellos cuando Jungkook lo empujó contra la pared, sus labios chocando con los de Taehyung en un beso que era más una colisión que una caricia. No había espacio para la suavidad, solo para el deseo urgente y reprimido que finalmente estallaba. Sus manos se encontraron en un frenesí de movimiento, buscando, tocando, reclamando. No había delicadeza, solo la necesidad cruda de sentir, de experimentar el uno al otro de la manera más visceral posible.
Los dedos de Jungkook se afianzaron en el cabello del contrario, tirando de ellos para obligarlo a mirarlo. Pese a la oscuridad, gracias al resplandor de las luces del exterior, todavía podía verse reflejado en sus pupilas. Podía ver su rostro, pero en ese momento, se preguntaba si la persona a la que Taehyung estaba mirando era él o Jungkyung. Se preguntaba si esos besos y esas caricias iban dedicadas a él o a su difunto hermano.
¿Con quién se sentía mejor en la cama? Su hermano falleció muy joven, seguramente, muchos de los gustos del mayor habían cambiado, pero no sabía cuáles fueron adquiridos gracias al fantasma y cuáles eran nuevos. ¿Solía hacerle a Jungkyung todo lo que le hacía a él? ¿Su hermano podía enloquecerlo sexualmente como parecía lograrlo él? ¿Quién se lo hacía mejor?
¿Por qué demonios Jungkook se estaba martirizando de ese modo?
¿Por qué se estaba comparando con una persona que llevaba muerta tantos años?
Obligándose a alejar todos esos pensamientos de su mente, volvió a tirar de los cabellos a Taehyung, pero esta vez, para hacer sus labios fundirse. Necesitaba olvidar, Jungkyung no tenía derecho de estar presente entre ellos en ese momento.
Las prendas cayeron al suelo, arrancadas con una urgencia que no dejaba lugar para la sutileza. El calor de sus cuerpos se intensificó con cada segundo, las respiraciones se entrelazaron en jadeos entrecortados mientras sus bocas se encontraban una y otra vez, buscando más, necesitando más. Los besos se volvieron más desesperados, más hambrientos, y con cada contacto se perdían más en ese torbellino de pasión.
Taehyung, normalmente tan controlado, dejó que todo el control se evaporara, permitiéndose sentir, permitiéndose desear sin límites. Trastabillando hacia su habitación y sin permitir que el cuerpo que tenía entre sus manos se alejara de él, Taehyung parecía embrujado con los labios del menor y con esa hambre voraz que le estaba mostrando esa noche. Cuando por fin llegaron y sus cuerpos cayeron en la cama, rompió todo contacto para ir en busca de lubricante y condones. Trotó por el lugar, regresando para besarlo con la misma urgencia.
Maldición, no se había dado cuenta de cuánto había añorado ese cuerpo, ese olor, esos besos. Por un instante, dudó, no debía volver a caer en el abismo que creaba el hombre con el rostro de su amor, pero no podía evitarlo. Si pensaba más profundamente, se podía dar cuenta que no era que no podía, si no, que no quería hacerlo.
La premura era la protagonista del momento mientras preparaba a un Jungkook que nunca estuvo tan dispuesto a ser quien recibía como parecía estarlo con Taehyung. Con tal de tenerlo, con tal de estar con él, no le importaba nada más. Quería que esos ojos lo siguieran viendo de ese modo, como si no pudiese vivir sin él aunque bien supiera en su interior que esos sentimientos iban dedicados a alguien más.

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STEALER
FanfictionSin tener realmente la culpa de nada, Jungkook siempre ha sido tachado de ladrón, aunque, no de cosas materiales precisamente. Es un chico que con su carisma termina haciendo que todos caigan por él sin proponérselo y esto en más de una ocasión le t...