Capítulo 10

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Había pasado mucho tiempo desde que Jungkook se encontró en una situación similar. Sexualmente hablando, era cierto que llevaba un récord en cuanto a tiempo sin acostarse con alguien, pero no era esa la cuestión o el cambio principal de esa noche. Se trataba de varias cosas que al juntarlas, se volvía una bomba amenazando con estallar.

Para comenzar, estaba el desear a una persona en específico hasta sentir los huesos cobijados por la piel, arder tanto como esta bajo cada toque. El aceleramiento de los latidos, las ganas tan locas y crudas de perderse en alguien. Justamente, como le estaba ocurriendo con su jefe. Sin embargo, el tipo de sexo que Taehyung le estaba ofreciendo, no era algo que había experimentado desde sus primeros años de experiencias, al menos no en esa magnitud. Esa era otra de las razones que hacían el momento tan diferente a lo que estaba acostumbrado. Se podía resumir que cada cosa sucediendo y por suceder esa noche se estaba volviendo un punto de inflexión en su vida privada, en sus preferencias. Principalmente, el hecho de entregarse tan voluntaria y gratamente a alguien como el hombre que besaba su espalda.

Por momentos, podía sentir su piel ser estirada por unos dientes que la aprisionaban sin infligir verdadero dolor, solo presión. Era como un juego para el mayor que tocaba puntos alternos y desorganizados hasta llegar a la línea de su glúteo. Justo ahí, pudo sentir por primera vez la humedad de su lengua más allá de los intercambios de besos. Era húmeda, pero tibia, firme y a la vez suave; ascendió hasta su cuello para recorrerlo de lado a lado, ya completamente seca.

— Mierda... — Ese susurro se escapó de los labios de Jungkook en el instante que la lengua le dio paso a unos labios que lo besaron en la unión de su cuello y hombre, seguidos por unos dientes que mordieron el mismo sitio. La acción se repitió debajo de su mentón gracias a la ayuda de sus manos que giraron al menor. — Ven aquí.

Jungkook lo atrajo un beso profundo y desordenado, al cual el contrario se negó, tropezando casi en el intento, pero encontrando equilibrio con sus brazos a cada lado del cuerpo de Jungkook.

La separación de sus labios le permitió a Kim contemplar su rostro y eso trajo como resultado un silencio algo ruidoso a causa de sus respiraciones entrecortadas.

Era él... Mientras más lo miraba, más sentía que era él, el hombre al cual amó con locura, incluso antes de saber el significado de la palabra amor. Taehyung tuvo una vez una persona que le hacía reír diaria y continuamente. Esa persona tenía ojos marrones y expresivos, su sonrisa podría compararse con la del conejo más tierno. El lunar que tenía en el inferior de su labio era como una obra de arte que le cautivó desde el primer instante en el cual lo vio llegar a su escuela.

Por aquel entonces, Taehyung cursaba su penúltimo año de primaria y el chico transferido, perteneciente al programa social de igualdad de oportunidades para los niños con desventajas económicas estaba en dos grados por debajo. Normalmente, Taehyung no lo hubiese notado, pero estaba justo en la oficina del director cuando el chico entró. Esa misma tarde se cruzaron en la cancha de fútbol del colegio, Taehyung era el sub-capitán pese a no amar tanto las actividades físicas. Estaba ahí porque así sus padres quisieron y él hacía todo lo posible por mantenerlos contentos, no por ser un hijo bueno y obediente, sino, para evitar el fastidio de tenerlos arriba de él todo el tiempo.

Ese rostro que él jamás podría olvidar llegó a los camerinos pidiendo ser parte del equipo después de haber observado el entrenamiento. La mayoría se negó porque no querían tener a uno de clase menor, pero el chico pidió mostrar su valía y así, antes de darse cuenta, comenzó a estar con él la mayor parte del tiempo.

Al principio fue únicamente durante el horario de entrenamiento, después, para ayudarse mutuamente en sus deberes académicos. Eso le dio paso a acompañarse mutuamente a la salida del colegio, a por unas meriendas o videojuegos. La primaria culminó para ambos y después llegó la secundaria, las hormonas y una razón que le hizo hacer algo inesperado, algo que Taehyung jamás hubiera hecho en sus cinco sentidos con alguien más.

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