La luz de la oficina se desvanecía mientras el día laboral llegaba a su fin. Jungkook recogía sus cosas casi por inercia. Llevaba varios días en los cuales apenas podía descansar, entre su trabajo en la oficina y luego en la casa, pues la verdad es que estaba comenzando a agotarse.
Si bien no estaba seguro de lo que estaba pasando con Jungkook, si tenía problemas o si simplemente no tenía los mejores ánimos, Yoongi notó su cansado semblante. Tal vez fue por eso que le extendió una invitación a cenar en su casa. Un gesto amistoso que Jungkook, no podía aceptar en esos momentos. Tenía algunas cosas en los informes que no había podido comprender, por lo que quería concentrarse un poco más esa noche.
— Lo siento, Yoongi, pero hoy tengo que trabajar en algo urgente, — podría parecer mentira, pero no lo era, mismo si no era de carácter urgente, para él y su curiosidad creciente si lo era.
— ¿No preferirías trabajar en mi casa, como solías hacer cuando vivías allí, en lugar de en la casa de tus padres? — Un atisbo de confusión cruzaba el rostro de Yoongi.
La pregunta del mayor abrió una puerta a la verdad que Jungkook no podía cruzar. La necesidad de privacidad y discreción en su trabajo actual lo obligaba a inventar una excusa para regresar a su hogar anterior. No quería arriesgarse a estar estudiando los documentos que Taehyung le entregó y que por un descuido su mejor amigo los leyera. Confiaba en él, pero no le correspondía revelarle secretos comerciales que Taehyung le confesó.
— Es solo que... Tengo algunas cosas que necesito en la casa, — murmuró Jungkook, evitando mirar directamente a los ojos de su amigo.
— No sé, pero es muy extraño que lleves días sin joderme, la tranquilidad me asusta si viene de tu parte.
— ¿Quién te entiende? Siempre me dices que te deje en paz, que ya yo no vivo contigo, bla, bla, bla... Ahora te hago caso y estás asustado.
— Exactamente por eso, porque tú nunca has hecho caso. Regresaste a tu casa cuando tu papá se enfermó para ayudarlos un poco más, pero no ha habido una semana en la que no te quedes a dormir al menos dos veces en nuestro apartamento. — Jungkook se acercó rápidamente para apretarle la cintura, logrando que el mayor rodase los ojos.
— Ves, sigue siendo nuestro apartamento, tú mismo lo has dicho. Yo sé que no puedes vivir sin mí, hyung, pero no te preocupes que en cuanto me desocupe, iré a hacerte compañía.
— No he hablado tan despacio, ¿quién te dijo que yo quería que vinieras a la casa? Solo me parece extraño que no hayas venido, pero puedes quedarte tranquilo en tu sitio.
Entre risas, los dos salieron juntos del edificio. Sin embargo, en todo el camino a su casa la incertidumbre flotaba entre ellos. Jungkook, sintiéndose presionado por las circunstancias y Yoongi preocupado porque algo estuviese ocurriendo con el menor. Porque sabía que nunca le gustaba decir lo que le ocurría, prefería tragárselo todo solo hasta que explotaba o él lograba hacerlo hablar. Lo vio descender de su auto y entrar a la casa con una sonrisa que le correspondió. No obstante, una vez más, no pudo evitar observar con extrañeza cómo Jungkook se desvanecía en la distancia. La sospecha se instaló con mayor profundidad en su mente, con una ligera arruga de preocupación marcando su frente. La dualidad de la vida de Jungkook y las sombras que oscurecían su rutina en las últimas semanas, eran una incógnita que ahora rondaba la mente de Yoongi.
Tras ayudar a su padre a cambiar algunas bombillas, tomar una ducha y cenar con ellos, Jungkook se dirigió a su habitación como cada día durante las últimas dos semanas para ponerse a analizar los documentos que Taehyung le había vuelto a entregar esa tarde. Ni siquiera había terminado con los primeros, pero, de igual modo, decidió analizarlos.

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STEALER
FanfictionSin tener realmente la culpa de nada, Jungkook siempre ha sido tachado de ladrón, aunque, no de cosas materiales precisamente. Es un chico que con su carisma termina haciendo que todos caigan por él sin proponérselo y esto en más de una ocasión le t...