ʚ☕ꜝֶָ֢ 𝙀𝙥𝙞𝙨𝙤𝙙𝙞𝙤 𝗢𝟵.

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«Galletas de coco»

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«Galletas de coco»

Y todo se desmoronó como polvo, que revoloteaba hasta fundirse con el aire y volar lejos, tan lejos como fuera posible.

JungKook sintió el peso caer sobre sus hombros y como cuchillas en sus manos al sentir al omega bajos sus dedos. Los ojos del omega eran de ese mágico azul, ese tan impresionante color, de aquel que no importaba cuanto lo viera se encontraría impresionado, y es que nunca había tenido la dicha de hacerlo antes. Su madre le había contado algunas veces antes de dormir sobre ese fenómeno, se lo contaba con el brillo más hermoso en sus ojos y la melancólica voz en el recuerdo. Relatando que aquellas veces que ese color se había presentado fue sólo tres veces en su vida.

La primera vez que había pasado ese cambio había sido cuando su padre le propuso matrimonio. El recuerdo de las palabras de su madre las reproducía como el cuento de hadas más querido de su corazón. Oír a su madre relatarle, como una noche de Verano cuando se encontraban en el pradero, disfrutando el tiempo, sólo ellos dos, sin más que necesitar, bajo las luces de la luna que eran su fiel compañera, cuando su padre había dicho lo mucho que amaba y que deseaba pasar una vida completa con ella, con las lágrimas en los ojos más hermoso que ella tenía, él se arrodilló ante la luna y ella a pedir su mano. Los ojos de su madre se había vuelto del azul más eléctrico que en mundo existía y sólo su padre había sido digno de presenciarlo ante sus propios ojos, jurando un amor eterno.

La segunda vez fue cuando fue marcada por su padre, descrita como el momento más pleno y real de su vida, llenó de amor y tan aturdida por tanto sentir. Una unión real y mística, tan complicada de expresar. Un momento de ambos, tan mágico.

La tercera vez que ocurrió eso para su madre fue cuando el nació, o eso había relatado ella. Cuando el pequeño cuerpecito de JungKook yacía en sus manos, después de un largo parto, el diminuto cuerpo de su cachorro con el alfa de su vida, rozando la naricita del cachorro que se encontraba dormido con sus pequeñas pestañas besando sus regordetas y rosadas mejillas, y sus labios pequeños que emitían bufidos de descanso, con el padre del cachorro a un lado de ellos en la camilla, con el brillo más hermoso al ver a su pequeña familia, marcando con su olor a sus dos soles. Su madre se sintió la omega más feliz del mundo, haciendo brillar sus ojos en esa tonalidad, sólo para su alfa y su cachorro.

Y ahora, JungKook había presenciado ante sus propios ojos esa rareza con TaeHyung, no tenía manera de explicar porqué aquello había ocurrido, que fue lo que había empujado a que ocurriera, no tenía ningúna respuesta, y es que quizás, sólo quizás su alfa estaba feliz, complacido de haber presenciado una belleza como esa, pues quién decía que quizás era una señal.

Eso fue, todos los pensamientos que caían como tormenta eléctrica lo que lo hizo detenerse. Su alfa había visto a TaeHyung como algo diferente, de una manera tan pura y real, y no haría las cosas de esa manera, no podía dejarse llevar por sus intentos salvajes y aprovechar la poca lucidez que el omega estaba experimentado.

Coffe, cream and sugar. Ꮼ Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora