ʚ☕ꜝֶָ֢ 𝙀𝙥𝙞𝙨𝙤𝙙𝙞𝙤 𝟭𝟳.

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«Estella navideña»

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«Estella navideña»


Sentía el cosquillear en la curva de su cuello, la nariz del alfa estaba ahí. Hurgando en ese lugar, haciéndolo vibrar. Parecía ansioso, danzando su nariz en aquel espacio, con un lío de desesperó y tristeza.

JungKook bufó rendido con mis nervios abrumados, dejando caer su cabeza sobre el hombro de TaeHyung, quién rió por la teatral repuesta.

Las vacaciones había llegado ya, y TaeHyung estaba más que feliz por eso. Había dejado todas sus preocupaciones a un lado y se había dedicado a disfrutar de su deseado tiempo libre. Sin embargo todo lo bueno, tiene su parte agria.

Su vida en el último año de preparatoria era un caos, de allá para acá todo el tiempo. Las actividades parecían no tener fin, apenas un pestañeó podía dar antes de darse cuenta que había algo más que hacer, así que la primera semana de vacaciones había sido un alivio pero comenzó a ser algo incómodo no tener nada que hacer. Con su madre trabajando en su consultorio con nuevas omegas embarazadas, ChaeHyun consiguiendo un trabajo de medio tiempo en las oficinas de un periódico local, YoonGi entrenando a cachorros menores de once años en el equipo de fútbol de una academia pública, y JungKook con los cientos de pedidos que completar. Él se sentía ligeramente inútil pasar el tiempo en casa sin hacer absolutamente nada.

Pero una tarde, después de una visita sorpresa a la cafetería las cosas parecían alinearse considerablemente a su favor.

Justo a un lado de la cafetería, una linda florería siempre captaba su atención al pasar. Era un pequeño local, con paredes en un amarillo pastel y grandes estanterías blancas repletas de diversas rosas, camelias, hortensias, orquídeas, peonías, tulipanes y más. El olor era exquisito, cómo recostarse en un enorme jardín una tarde de primavera, cuando florecían todos esos preciosos brotes. Él siempre tuvo un gran cariño a lo magnífica y colorida que podía ser la naturaleza. Aún recuerda sus rodillas sucias de lodo y sus manos con gigantesco guantes de jardinería, plantando lirios en el jardín de su casa cuando su madre alistaba el lugar para la entrada de la temporada.

JungKook le había revelado que era aquel el lugar de dónde adquiría todas las hermosos ramos que adornaban en jarrones el vestíbulo de su hogar.

Esa tarde considerablemente fría, una mujer de edad avanzada con su cabello blancecino en un corte al raz de sus hombros, de baja estatura y con un precioso abrigo con algunas mariposas y caléndulas bordadas, intentaba cargar un par de cajas al interior del local. Le costaba algo de trabajo cargar con tanto peso, que TaeHyung tomó el rostro de su novio, guiando la mirada hacia el exterior. JungKook no demoró en entender que sucedía, entrelazándola su mano con la del omega y salir de la cafetería para ayudar a la mujer.

Su nombre era Dalia, una mujer omega de setenta y cinco años. Era una ironía que la fragancia de aquella mujer fuera fresca, con toques ligeramente mentolados y herbales, en honor a su propio nombre; el olor de las dalias.

Coffe, cream and sugar. Ꮼ Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora