Voy por ti, Duarte.

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El día siguiente, Edgar salió a correr.


Daniel: (Despierta) ¿Edgar? ¿Estás ahí? Oh, no está, seguro y salió... Talvez a correr, o a alguna parte. Intentaré hacer una receta para desayunar... Que sea sana y... (Se levanta de la cama dolorosamente) equili- (Gime) ¡Ah! Me de duele la cadera y las piernas... De seguro mala postura, intentaré de nuevo. (Se levanta con dolor y finalmente se levanta) Porfin, bueno, a la cocina (Apunta con el dedo índice la cocina y empieza a caminar hacia ella) Haré un huevo con... Espinacas, a ver si me gusta...

Así que Daniel empieza a hacer su desayuno. Pero ¡Ups! Esta haciendo un desastre.


Daniel: ¡No se hacer, ni un simple huevo! Soy un desastre
Edgar: (Entra) ¡Que está pasando aquí! ¡Se quema el departamento!
Daniel: ¡Ponle agua!
Edgar: ¡No, hay que ponerle un trapo!
Daniel: Aquí está, ponle el trapo.
Edgar: (Le pone el trapo, y el fuego se apaga) Listo y, ¿Que querías hacer? ¿Un incendio?
Daniel: Perdón, quería hacer mi desayuno, me esforcé, pero no se hacer nada (Mira el piso, se arrodilla, y empieza a llorar) ¡Soy inservible!
Edgar: No, no digas eso (Lo abraza) Solamente que no sabes hacer lo que ibas a hacer.
Daniel: Pero esa es la definición de inservible.
Edgar: No, aunque no sepas hacer comida, puedes hacer otras cosas, entonces no serías inservible.
Daniel: Pero ¿Qué?
Edgar: Puedes hacer comedia, o sacar una sonrisa a las personas, aquí siempre has hecho comedia, entonces no eres inservible.
Daniel: ... Cierto. Creo que no soy inservible.
Edgar: Bueno levántate, y te enseñaré a hacer lo que ibas a hacer.
Daniel: Okey.
Edgar: Y ¿Qué ibas a hacer de desayuno?
Daniel: Huevo con espinacas.
Edgar: Okey, ha hacer huevo con espinacas. Bueno lo primero que tenemos que hacer es...

Así que Edgar le empezó a enseñar a Daniel a hacer comida. Cuando acabaron, se sentaron a desayunar.


Daniel: Y... ¿Que hacías afuera?
Edgar: Solamente fui a correr. Al rato saldré de nuevo, iré con alguien...
Daniel: ¿Quién? Si puedo preguntar.
Edgar: Una compañera... Llamada Dua Duarte... Necesito arreglar un asunto con ella.
Daniel: Okey... ¿Me quedaré aquí?
Edgar: Sí, lo que tengo que arreglar, es de ella y yo, solamente... Pero no te preocupes, te dejaré pizza, por si llego tarde.
Daniel: Okey... Espero éste todo bien, sobre lo que haya pasado.

Así que terminaron de almorzar.


Edgar: Bueno me iré a arreglar ese problema.
Daniel: (Le toma la mano de por atrás) Pero... Te cuidas mucho, ¿Sí?
Edgar: (Se sonroja) Si, claro... Bueno me voy.
Daniel: Adiós.
Edgar: Adiós.

Así que Edgar entra al auto.


Edgar: (Se habla a sí mismo) ¡¿Edgar, que pasó?! Que pasó ahí... Bueno... Hay que ir con Duarte (Enciende el auto) Ahí voy.

Así que Edgar se dirigió al hogar de Dua Duarte.


Edgar: (Toca la puerta de la casa de Dua Duarte)
Dua: (Abre la puerta) ¿Hola? (Reconoce a Edgar) Oh, Edgar, ¿Cómo estás?
Edgar: Mejor voy a decir lo que vine a decir.
Dua: Bueno, pasa, pasa.
Edgar: No gracias, aquí estoy bien. Solo vengo a decirte que ¡¿Porqué me demandaste?!
Dua: Oh, eso.
Edgar: Sí.
Dua: Perdón, mi madrastra me obligó a hacerlo.
Edgar: ¿Cómo?
Dua: Pasa y te lo explico, perdóname.
Edgar: Intentaré creerte, voy a pasar.
Dua: Okey

Así que pasan a la casa, y se sientan.


Edgar: Ahora sí explícame.
Dua: Escucha, mi madrastra me obligó a hacerlo porque a ella creía que era ilegal hacer eso, y además porque le caes super mal, entonces me dijo que si no te demandaba me quitaría está casa. Ella es la que me mantiene, porque yo estoy en quiebra. Y pues verdaderamente perdón.
Edgar: Okey, pero ¿Qué pasaba si ganaba la demanda?
Dua: Creo que también me quitarían la casa.

Tocan la puerta.


Dua: Déjame veo quien es.
Edgar: Okey.
Dua: Oh, Martina.
Martina: Nada de Martina, madre.
Dua: Okey ma-madre
Martina: Y ya se fue a la cárcel ese hijo d- (Ve a Edgar) Así que estaba haciendo un tipo de trato con él.
Dua: N-no es eso...
Edgar: Hola señora Martina, ¿Usted le quiso quitar la casa a Dua?
Martina: Sí, porque tú deberías estar en la carcel.
Edgar: Okey, y ¿Porqué? ¿Porqué debería estar en la cárcel?
Martina: Porque estaba un culpable de asesinato en su casa o departamento, lo que sea.
Edgar: Sin saber que ya tengo permiso, y de que él no es culpable de asesinato.
Daniel: Hola Edgar, empezaron a sonar ruidos ext-raños
Martina: Oh Dios mío, ¡Un asesino, corre Dua!
Dua: ¡No Martina! ¡Él no es un asesino!
Martina: Y ¡¿Porque mató a esa dulce mujer?!
Edgar: Y ¡¿Usted cómo sabe eso?!, ¡Talvez fue otra persona, y usted lo incrimina en algo que no es cierto!
Daniel: ¿Que está pasando aquí?
Martina: ¡Que tú eres un asesino!
Daniel: ¿Porque todos piensan eso de m-mi? (Se desmaya)
Dua: ¡Daniel!
Martina: Eso le pasa por asesino.
Dua: ¡Cállate Martina!
Martina: Nada de Martina, soy tu madre, ya te eh dicho.
Edgar: ¡El caso es que debemos de llevar a Daniel, a un hospital!
Dua: (Llama al 911)
911: Novecientos once, ¿Cuál es su emergencia?
Dua: Por favor, ¡Traigan una ambulancia, se acaba de desmayar un amigo!
911: Okey, ¿Cuál es su dirección?
Dua: CP 11202, calle Robinson, casa 9186396.
911: Okey, ya va una ambulancia para allá.
Dua: Gracias (Cuelga) Solo falta esperar a la ambulancia.

Asi que a Daniel se lo llevó una ambulancia, y lo acompañaron Edgar y Dua.

EdgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora