Give me love (Ed Sheeran y tu)

Capítulo 8.

Entonces todo se pasó por mi cabeza nuevamente. La primera vez que lo ví en el café. La vez que Ed se acercó a hablarme. Cuando juntarnos se convirtió en una rutina. Cuando fuimos al asado en la casa de Zayn. Cuando fuimos al Zoológico. Cuando me cantó una de sus canciones. Cuando casi nos besamos. Cuando nos reímos como idiotas.

Pero... ¿De verdad me gustaba?

Ed es guapo, inteligente, loco, risueño, alegre, animador, y muchas otras cosas que me encantan en un hombre. Ed es el hombre ideal para mí.

Pero... ¿Aún así me gusta? No sabría decirlo.

Ed es mi amigo. Y si me gustara, estoy segura de que nuestra amistad se arruinaría por completo. Nada sería igual, y lo sé por experiencia propia.

Alondra me había confundido totalmente con esa pregunta. ¿Era Ed solamente un amigo, o más que eso? Yo creo que para él solamente soy su amiga. Pero... Quizás para mí es más que eso.

-Emmm...- Me rasqué la cabeza y carraspeé. -Creo que sí.

-¡Lo sabía!- Exclamó Alondra mientras se ponía de pié y sonreía. -Se ven tan tiernos juntos.

-No grites.

-Pero si ellos ya no están.

-Ya lo se, pero me da inseguridad...- Ella rodó los ojos y sonrió.

-Debes decírselo.

-Estás loca.

-¿Por qué?

-No, no y no. Si Ed se llega a enterar, nada sería igual. Prefiero mantener nuestra amistad.

-Como quieras. Pero no vengas llorando mas adelante porque Ed tiene novia y todo eso.

-Que exagerada eres.- Rodé los ojos y miré mis manos. Ella tenía razón. Yo no sé que haría si Ed llegara a tener una novia que no fuese yo. Pero no pensaba decirle. Ni loca.

Pasó el rato y el sueño me atacó derrepente, por lo que le dije a Alondra que me dejara dormir. Ella se fué a su cama y las dos nos dimos las buenas noches, para luego cerrar los ojos...

Me desperté algo aturdida. Me encontraba en un lugar desconocido, en el cual jamás había estado antes. Miré a todos lados, pero solamente me ví a mí misma reflejada en un espejo. Retrocedí unos pasos, pero mi espalda chocó contra algo. Me volteé y mis ojos se encontraron con los suyos. Con los de Ed. Sorprendida dí un saltito, pero rápidamente me relajé. Él no me haría nada que no fuese bueno. Ed era bueno.

Pero enonces me sentí extraña cuando Ed se alejó de mí... O más bien, pasó por ensima de mí. Lo seguí con la mirada, y pude notar que se dirigía hacia el espejo. Inmediatamente me dí cuenta de algo... El reflejo que yo veía en el espejo no era yo, sino que era otra persona.

Era mi lado atrevido.

-Me gustas.- Dijo al instante aquella parte de mí. ¿Como? Yo no era así.

Ah, pero mi lado atrevido si lo era.

Ed no dijo nada, solamente apoyó sus manos sobre el espejo y sonrió. Entonces pensé... ¿Que era eso que no lo dejaba entrar? Y rápidamente me respondí a mí misma. Esas son las barreras de mi orgullo y de mi vergüenza por no querer admitir lo que siento.

Me volteé, arta de ver esto. Quería alejarme de lo que presenciaban mis ojos. Esto no era real.

Salí por una puerta, encontrándome con un gran campo sinfín repleto de pasto amarillo. Comenzé a correr, mi respiración agitada y mi corazón latiendo con fuerza.