AGNUS DEI- VEGASPETE

Cordero

"Me llamas señor y no me obedeces"
Juan 14:23

Vegas

-¡Pete, Pete, Pete! Mierda Pete, escúchame por esta vez- Estaba estresado, el golpe que me acababa de dar Pete en la mandíbula hizo que me palpite hasta la sien.
Tuve que correr más rápido entre los pasillos de la casa principal tenía que alcanzarlo antes de que llegara al área común que estaba repleta de guardaespaldas.
Tome su mano y jale de ella lo más fuerte que pude sin hacerle daño. Lo estampe contra el muro que nos cubría de aquellos ojos curiosos que podían decirle a Thankun que estaba con su guardaespaldas principal.
-Pete, mírame amor, por favor mírame- Le rogué que me mire, no podía irme de la casa principal sabiendo que no me creía.
-¿Qué quieres Vegas?- Me reto con la mirada, esa mirada tan llena de odio que me encendía ese lado irracional y oscuro. Esa mirada que quería nublar.
Vi su cuello tan limpio, ya no había rastro de mis marcas y me enfurecí, tenía que volver a marcar su bonito cuello, pero no tenía suficiente tiempo. Así que mi mano se cerró en su bonita piel blanca, podía ver el collar que le regale debajo de su uniforme, podía sentir el frío metal rozándome los dedos hasta que Pete gimió y le encaje las uñas más fuerte.
- Así es bonito, mírame, solo mírame a mí, escucha Pete, solo me acerque a Porsche para preguntarle asuntos que corresponden a una venta de autos. No tienes por qué estar celoso, precioso- Los ojos de Pete estaban cristalinos de lujuria pura, sentía como su enojo bajaba y me permitía acercarme a él, bese sus labios con lascivia, quería tomarlo, quería escucharlo, quería corromperlo.
Escuché como se iba quedando sin aire, cómo luchaba por succionar oxígeno y gemir al mismo tiempo.
Lo solté, mientras me separaba de él, sabía que Pete odiaba que derribará su enojo de esta manera, pero no tenía tiempo para una reconciliación dulce, mis guardaespaldas me esperaban en el primer piso y Pete tenía trabajo que hacer.
-Te odio muchísimo, Vegas, es la última vez que solucionas las cosas de esta manera, todavía estoy molesto- Habló el pequeño diablillo de mi novio.
-No tengo mucho tiempo y no quería que estuvieras molesto, te veré este sábado?- Hablé, mientras le tocaba sus bonitas mejillas y acomodaba el cuello de su camisa, Pete tenía eso que me volvía loco, esa inocencia que quería corremper desde el inicio, pero con el tiempo descubrí que la inocencia se podía fingir, ya que Pete era un completo manipulador que podría derrochar pureza.
-No sé sí te quiero ver, cariño- Y me beso, me beso como me gusta, me tomó de la cintura y el cuello, mientras introducía su lengua en mi boca, jugó todo lo que quiso con mis labios, me mordió y lambio tanto hasta que me hizo sangrar. Llevándose con su saliva mi sangre. Pete podía llevarme al paraíso en dos segundos.
-Hasta pronto, señorito Vegas- Y se fue sin más, sabía que probablemente ese era mi castigo, pero necesitaba información que tenía Porsche referente a la primera familia.
Antes de avanzar tras Pete, mi celular sonó con un mensaje nuevo lo saqué de mis pantalones y pude ver el remitente, su mensaje era corto, pero significaba muchos problemas.

"hablemos"

-¡Fuck!- Golpeé la pared donde antes estaba recargado Pete.
Cuándo voy a tener un poco de paz, era lo que siempre me preguntaba.

Hola! Estoy aquí con una nueva historia ahora de Vegas y Pete, espero les guste. Nos vemos en los siguientes capítulos 🖤