Capítulo 30

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Louis ha comenzado a sentir esa sensación terrible en su nuca. Es como una puntada que le hace fruncir sus cejas y posar una mueca de molestia en sus labios.

Siendo apenas el mediodía, Louis está genuinamente estresado y cansado, y todo lo que quiere hacer es regresar a su nuevo hogar y dormir durante el resto de la tarde.

Es imposible, de todos modos, porque su departamento se encuentra a al menos tres horas, su trabajo en el bufete aún no termina, y definitivamente le tomará unas cuantas horas terminar de firmar ese montón de documentos que se ha dado el lujo de dejar acumular durante casi semana y media.

Pese a estar genuinamente abollado de trabajo, con su secretaria entrando y saliendo de su oficina cada pocos minutos, y algunas personas realmente importantes esperando por él en la sala de reuniones, Louis no puede sacar de su cabeza a Harry, Nimbe, e incluso Kenai.

La cosa es que los tres se encuentran bastante lejos de él, en Londres, y Harry está solo con ambos cachorros —lo sabe porque ya le ha llamado hace unos veinte minutos y el omega le ha confirmado que han llegado al departamento con completo éxito—, y aunque ellos estén bien, Louis no puede encontrar la tranquilidad.

De alguna manera, el alfa termina enviando un par de mensajes que son respondidos casi de inmediato con varias fotografías. Y mientras espera que los archivos se descarguen en su teléfono, Louis piensa que en serio, en serio necesita terminar su trabajo lo antes posible porque se siente demasiado inquieto estando tan lejos de Londres.

Al cabo de un par de segundos, las imágenes aparecen en la pantalla del teléfono del alfa, y este, sin poder evitarlo, dibuja una sonrisa en su rostro tallado.

En la primera fotografía, su pequeña cachorra tiene una sonrisa de lado a lado en su rostro, cabello masivamente despeinado, y ojos casi completamente cerrados por la enorme sonrisa. Aún conserva la misma ropa que Louis le ha puesto durante la mañana —ese uniforme terrible del jardín—, aunque se encuentra ligeramente percudido.

Más abajo, Louis encuentra en la segunda foto a su cachorra junto a Kenai. Ambos tienen sus enormes ojos azules completamente abiertos para la cámara, cejas alzadas, y lenguas fuera de sus bocas en una mueca que termina robando una sonrisa de Louis porque quizás es demasiado difícil para él resistirse cuando se trata de ese par de cachorros inquietos.

Al encontrarse con la tercera fotografía, la sonrisa de Louis cambia cuando sus labios son atrapados entre sus dientes. Es Harry esta vez junto a los pequeños cachorros, él sostiene su teléfono frente a los tres mientras cada uno tiene una mueca cómica en sus rostros. El omega solo sonríe con dos de sus dedos extendidos mientras los otros tres están recogidos.

"nimbe pide que te apresures y kenai dice que te tomes tu tiempo. yo digo que estos niños me están volviendo loco, y apenas he pasado 30min con ellos !!!!!"

Louis sonríe y niega con la cabeza al leer el mensaje que acompaña las fotos, y todo lo que hace es responder un mensaje corto antes de que Evangeline, la beta inquieta que no deja de hacer sonar el tacón de su zapatilla contra la madera del suelo, le recuerda una vez más que en menos de cinco minutos debe presentarse en la sala de conferencias.

Después de ese corto momento, Louis retoma su trabajo. Resulta que su reunión termina siendo un completo éxito y el tiempo comienza a pasar ligeramente más rápido después de su hora de almuerzo.

Evangeline comienza a deshacerse de las carpetas que Louis ya ha verificado y trae una nueva taza de café cada treinta y cinco minutos, dándole al alfa el tiempo de beber de ella para luego volver con una nueva para llevarse la taza que se encuentra vacía, y Louis definitivamente agradece por ello cada vez.

Amateur ꩜ abo! larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora