El que se marchó.

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Han pasado cinco años desde que nos conocimos, en aquel parque un 23 de Agosto. Que locura, jamás pensé en conocer a alguien y estar todo este tiempo juntos, sobrellevando tanto y aun así permanecer cerca. El amor verdadero existe. Estaba pensando en todo este tiempo y de verdad aun no podía creerlo, navidades, cumpleaños, fiestas, encuentros, todo o por lo menos la mayoría de las cosas juntos. Estaba con Sam en mi apartamento como siempre, escuchando música. Hoy era noche de pizza e invitaríamos a los amigos cercanos a pasar la noche. Sam tenía una empresa en donde vendía autos y yo soy Licenciado en enfermería e Ingeniero Ambiental, sinceramente nos iba muy bien. ¿Invitaste a los chicos? –Me pregunta Sam. ¡Claro! Llegaran a eso de las 8. –Respondí robándole un beso. Sam no había cambiado nada, era el perfecto hombre que había conocido desde hace 5 años, lo amo.

Eran eso de las 7 de la noche, ya todo estaba listo para recibir a los chicos, sin embargo faltaba la pizza y para que estuviese recién hecha yo iba a buscarla una hora antes. ¡Iré contigo! –Me grito Sam. Nos subimos al auto y le escribí a Edwin mientras Sam manejaba. Si vas a manejar hazlo con cuidado, las calles están mojadas. –Le reclame a Sam, cosa que ignoro. Últimamente Sam había estado revisando demasiado su celular pero no le hacía caso, quizás estaba pendiente de su trabajo. De pronto pude ver que chateaba con un chico. ¿Sam...? ¿Quieres decirme algo? –Le comente muy serio. ¿Acerca de qué? –Me respondió. Su respuesta me molesto y gire, no le hable en todo el resto del camino. ¿Te pasa algo? –Dice Sam. ¿¡Cómo se te ocurre preguntarme si me sucede algo!? ¡Sam, por Dios! ¡Estás hablando con un chico por teléfono! –Respondí bruscamente y alzando la voz. Ehh ¡Para Yei! No hablo con nadie, solo es compañero del trabajo, además es heterosexual. –Contesto tomando mi mano pero yo quite la mía. ¡Vale Sam! –Le conteste colocando mi cabeza en el vidrio. Coloque la radio en el auto de Sam y estaban pasando "XO de Beyoncé", me coloque la capucha y cantaba en voz baja. Sam se estaciono a un lado de la carretera, claramente estaba loco. ¿Por qué estacionas aquí? ¿Estás loco? –Refunfuñe. ¿¡Que te sucede!? ¡Por el amor a Dios! –Grito Sam. ¡VALE, GRITEMOS! ¿QUIERES SABER QUE SUCEDE?... ¡Hablas con un chico que ni conozco! ¡Eso sucede! ¿Estás más tranquilo? ¡VAMONOS! -Respondí. Sam reposo su cabeza en el volante, se levantó siguió conduciendo.

Narrado por Sam

¿Yei esta celoso? ¡No puedo creerlo! ¡bahh!... Seguí manejando hasta llegar a la pizzería, ya estaban listas así que nos bajamos pagamos y nos fuimos, fue realmente algo muy rápido. De regreso se desato la tormenta, parecía que el cielo se caía, sé que muy en el fondo Yei está contento pues, le gusta la lluvia y más cuando vamos en el auto, le encanta ver las gotas caer en el vidrio y ver como caen en el suelo, lo amo. Por un momento me distraje y al voltear solo... vi una luz y un gran crujido, intente frenar pero era demasiado tarde, vi como Yei salía disparado y pegaba su cabeza de la guantera, todo fue en cámara lenta, quise levantarme pero no pude, me desmayé.

Estaba despertando y solo veía una luz y varias personas a mí alrededor. ¿Qué había pasado? No entendía nada, no escuchaba absolutamente nada, tenía un collarín en mi cuello. ¿Yei? ¿En dónde está Yei? Intentaba gritar pero sentía que nadie me escuchaba, estaba sumergido en un mar de lágrimas y no podía expresar nada. Voltee y solo veía a enfermeras pasar, claramente habíamos chocado pero no recuerdo como. "¡Sam! ¡Sam soy yo!" Escuchaba mi nombre a lo lejos, no sabía quién era. Solo tenía vista para una luz que me iluminaba no podía ver más pero hice un esfuerzo, necesitaba saber dónde estaba Yei así que me levante. Estaba al final de un pasillo y todo estaba dividido por cortinas y al levantar la que estaba a mi lado vi a Yei. Estaba totalmente ensangrentado, su mano colgaba de la camilla, tenía tubos y estaba conectado a varias máquinas, varias enfermeras estaban a su lado intentando revivirlo. Estaba desesperado, no sabía qué hacer, sentía que todo era mi culpa... "¡Código azul! ¡Código azul!" Grito una enfermera y otra fue por el carrito de paro, Yei estaba muriendo y yo con él. Todo se oscureció, todo se volvió lento, mis ojos veían como el amor de mi vida se marchaba y no podía hacer nada. Las enfermeras intentaron sacarme pero puse resistencia y mientras, gritaba su nombre con tanta fuerza que no podía más. Veía como su cuerpo no reaccionaba al desfibrilador, me desespere y corrí por él pero me detuvieron. Lo estaba perdiendo. "¡Sam!" Volvi a escuchar y era el papá de Yei, sin dudarlo salí corriendo y lo abrace, yo estaba muy mal herido pero no me importaba, no sentía dolor, no comparado con lo que estaba sintiendo por ver a Yei irse.

La cabeza me daba vueltas, las lágrimas me salían solas, mis piernas temblaban, mis manos sudaban, no resistí más y caí inconsciente. Desperté y estaba en una habitación, mi familia estaba ahí conmigo y junto a ellos estaba el papá de Yei. ¿Dónde está Yei? –Pregunte. Sam... -Hablo mi papá. ¿¡DONDE CARAJOS ESTA YEI!? ¿¡POR QUÉ NADIE ME RESPONDE!? ¿¡DONDE ESTA!? ¡QUIERO VERLO! –Gritaba sin cesar, lloraba mientras apretaba la cama con mis manos moradas de los moretones. ¡SAM BASTA! –Grito el papá de Yei... ¡Se ha ido Sam!, ¡Yei se ha ido! No podía creerlo, me levante de la cama y de la debilidad me caí, no paraba de llorar, mis padres intentaron tomarme pero no pudieron, caí en el piso sin importarme nada, derramaba cada lágrima y solo pensaba en que Yei ya no estaba.

Estaba en el cementerio, ya todos se habían ido, solo quedaba el viento y yo, llevaba encima mi suéter negro que tanto le gustaba a Yei, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, veía su lápida y no podía creerlo.Todo este dinero no puede comprarme una máquina del tiempo, no puedo reemplazarte ni con un millón de anillos, debí haberte dicho lo que significabas para mí porque ahora estoy pagando el precio. En otra vida yo sería tu chico, mantendríamos la promesa de "nosotros contra el mundo" pero nunca planifique que algún día yo te perdería. En otra vida yo haría que te quedaras y no decir que fuiste el único que se marchó. Te extrañare siempre mi pequeño, te amo.

Habían pasado semanas desde la muerte de Yei, no buscaba culpables, no tenía fuerzas para nada, enferme por varios días, mi sistema inmune estaba muy bajo pero no podía hacer nada, perder a la persona que amas y aún más la que te ama no es sencillo y fácil de superar, cada día me levanto esperando su mensaje, no dejo de pensar en sus canciones, sus risas, su cabello. Cada día me levanto pensando que es un sueño y que estará en mi pecho durmiendo como siempre lo hacía, no creo encontrar a otra persona como Yei, era mi amor, mi vida, mi alma gemela y ya no está. Los médicos me dijeron que su cabeza pego tan fuerte en la guantera del auto que hubo una fractura de cráneo y una hemorragia inmediata, no dejo de pensar en ese instante en que todo sucedió. Asistía al psicólogo, iba al trabajo, al gimnasio, a clases, nada me distraía, mi cuerpo estaba vacío. Camino a casa me detuvo un instante en donde todo sucedió, aún estaban rastros de la carretera rota por el accidente y entonces lo vi. Vi su silueta, su pequeño cuerpo parado al final del atardecer, la silueta que solía abrazar y cargar para besar. Lo vi y sé que él a mí. Jamás dejaré de amarte Yei... Jamás.


Hola, hola, gracias nuevamente por leer mi historia, recuerda que si te gustan puedes comentarlas, votar y compartirla. Ya se acerca el final y bueno, de verdad agradezco mucho el apoyo <3

Incondicional... (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora