El viaje.

85 5 5
                                    

     Ya estaba en casa y por primera vez Sam estaba en ella, estaba muy nervioso, no sé cómo se llevarían mi padre y él. ¿Quieren algo de comer? –Dijo mi padre. ¡Sí, estoy muriendo de hambre! –Respondí. Qué raro yo con hambre, me parecía algo muy extraño  y Sam... Bueno, él estaba nervioso, se le podía notar en la cara. Y tú Sam... ¿Quieres comer? –Le pregunto mi padre. Cla-Claro. –Respondió Sam. Mi padre se fue a la cocina y Sam y yo subimos a mi cuarto, estaba algo desordenado pero así soy. Mi cuarto está un poco desordenado así que espero no te asustes ¿Vale? –Le dije a Sam. No te preocupes, mi hermano también es desordenado, estoy acostumbrado. –Me respondió con esa sonrisa que tanto me mataba. Al abrir la puerta de mi cuarto había mucha ropa tirada pero estaba ligeramente arreglado a lo que suele estar. ¿Te gusta mucho Britney no? –Me pregunto Sam al ver algunos posters de ella pegados en la pared. Claro ¿Se nota mucho? –Le respondí riendo. Al-algo –Me dijo él levantando algo de ropa del suelo. Es extraño que estés aquí, digo no hace mucho apenas y nos podíamos ver en la calle y ahora estas en mi cuarto y mi papá nos cocina, es extraño. –Le dije sonriendo. Si, es algo muy loco pero por fin podremos vernos si ningún tipo de miedo de que nos dirán. –Me respondió Sam recogiendo más ropa.

     Habíamos comido unas deliciosas arepas que mi papá nos preparó, arreglábamos el cuarto y de verdad se nos pasó la hora así que le dije a Sam que si se quería quedar y para no tener problemas mayores le comente a mi padre y me dijo que sí. Mañana no iré a la universidad para quedarme contigo ¿Vale? –Me dijo Sam. Pero tienes que ir, supongo que tienes cosas importantes que hacer. –Le respondí. Tengo muchas más cosas importantes que hacer aquí y es quedarme a tu lado. –Me dijo tomando mis manos. Lance mi carcajada y me deje caer en mi cama, Sam se quitó su camisa y cada vez que lo miraba era como ver a un modelo de portada, tenía un leve camino de vellos en su ombligo que lo hacían ver sexy, su ligera "V" marcada en el abdomen era perfecta y sin mencionar sus pectorales, el cuerpo de Sam era un templo que tenía que contemplar. Sam se acostó a mi lado y nuevamente fui testigo del olor de su cuello y de lo genial que era sentirme protegido estando en sus brazos.

     ¿Estás bien? –Me pregunto Sam. ¿Cómo no estarlo? Estoy al lado de la persona que más quiero. –Le respondí acercándome más a su cuerpo. Sam tomo la cobija que estaba en el borde de la cama, la extendió y ambos nos arropamos hasta el cuello. Se colocó frente a mí, sentía su respiración, sus manos estaban al nivel de su pecho y las mías reposaban encima de las suyas. El frio entraba por la ventana de mi cuarto, eran las 3 de la madrugada y afuera se estaba desatando una tormenta, me levante por un vaso de agua y cuando volví Sam estaba a medio despertar. ¿Por qué despertaste? –Le pregunte. El ruido de la lluvia me despertó. –Me respondió frotándose los ojos y su cara hinchada. Ven, vamos a seguir durmiendo. –Me dijo. Me acosté a su lado, es impresionante lo genial que me pude sentir al estar arropado con él, su brazo descansaba en mi abdomen, estábamos acurrucados, el clima estaba perfecto.

     Desperté a eso de las 8 y Sam no estaba a mi lado, la lluvia continuaba y mi papá tampoco estaba, supongo que se fue al trabajo. Baje las escaleras y pude notar el olor a café. Sam estaba preparando el desayuno. Una taza de café con leche con dos de azúcar por favor. –Le dije en tono burlón a Sam. Muy bien caballero, la tostada, ¿Con mantequilla o mermelada? –Me dijo él. Con mantequilla por favor. –Le respondí. Me senté en la mesa y juntos desayunamos. ¿Cómo sigues? –me pregunto. Todavía siento un dolor superficial pero nada del otro mundo. –Le respondí dándole el último mordisco a mi tostada. Sam bajo su cara y había dejado de comer. ¿Te paso algo? –Le dije. De pronto subió la cara y sonrió. ¿SAM QUE PASA? –Le pregunte nuevamente pero alzando la voz. No quería decirme.  Un amigo que trabaja en una agencia de viajes me llamo esta mañana y adivina... -Me dijo y realmente aún no me respondía nada. Sam, por favor, escúpelo. –le dije. Me consiguió dos boletos a San Francisco, mucho menos de la mitad de su precio normal. –Me respondió. ¡¿Qué!? -Mi reacción fue fatal, hasta me caí de la silla. Eso significa que... Si, Yei, ¡Vamos a San Francisco! –Me grito Sam interrumpiéndome. Ambos subimos los brazos como tontos, pero no podíamos contener tanta felicidad. ¿En qué momento planeaste todo esto Sam? –Le pregunte, ya un poco más calmados pero aun así estábamos excitados. Fue hace un par de semanas, eso no tiene importancia, lo importante es que... ¡Viajaremos juntos! –Me respondió   Sam. Yo solo no podía creerlo, lance una sonrisa y me guinde en su cuerpo y lo bese.

Incondicional... (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora