Halloween Nigtht | Michael Myers X Reader |

7

Volviste a prender la tv pero está vez cambiaste de canal a un programa de trivias y mientras reías alegremente por las ocurrencias del programa nuevamente sentiste la presencia de Michael, volteaste a mirar y el estaba parado en la entrada de la casa observandote en silencio hasta que decidió subir directamente a arriba y volviste a ver el programa.

Pensaste que eventualmente te deberias acostumbrar el verlo entrar a tu casa y deambular en ella como si fuera suya porque si es legítimamente suya, aúnque temias que en algún punto tu hermanito se encontrará con el y pudiera correr peligro, de tus padres no te preocupas del todo, ellos estaban demasiado ocupados con sus trabajos y seguidamente salían por semanas. Estos pensamientos no abandonaban tu mentes y te angustiaban.

Fuiste a la cocina a servirte algo de agua, miraste el reloj de la pared, era bastante tarde y estabas aburrida, en otras circunstancias llamarias a tus amigas y las invitarías a pasar la noche en tu casa, pero como podrias hacerlo ahora que tenías a un asesino serial viviendo en tu casa.

Te imaginaste una graciosa escena dónde Michael está acostado en tu cama chismorreando contigo y tus amigas con una máscara de pepino sobre su máscara e incluso algunos ruleros en el cabello de la máscara y tú pintando las uñas de su mano, te reíste pero rápidamente esa escena te pareció algo perturbadora pero aún así bastante graciosa.

Subiste al segundo piso aún riéndote de aquello y al abrir la puerta estallaste de risa nuevamente cuando lo primero que viste fue a Michael acostado en tu cama y sus pies sobrepasando el límite de la cama por lo alto que era, obviamente llamaste su atención con tu risa desenfrenada.

Se levantó y amenazante se acercó a ti, contuviste lo mejor que pudiste tu risa mientras el clavaba su furiosa mirada en ti. -L-lo siento-Pff- te disculpaste mirando al suelo si lo mirabas a la cara de seguro volverías a reírte como maniaca, Michael gruño y paso de ti emujandote bruscamente con su brazo al pasar y soltaste una risilla mientras entrabas a tu cuarto cerrando la puerta detrás de ti, te pusiste tu pijama y te acostaste en tu cama, estaba estaba muy desordenada, con las sanas arrugadas, otra vez se te escapó una risa antes de quedar por completo dormida.