"¿Estás segura de que se supone que eres una dama?" El tono despectivo dolió, pero Hermione mantuvo la cabeza alta.
Las otras damas de la corte las observaban con atención, reunidas en la parte baja del salón, lejos del estrado elevado donde se sentaban el rey y sus caballeros. Mirando a su alrededor, Hermiones vio con una sensación de hundimiento que sus vestidos eran de seda o terciopelo, y que muchas lucían costosas y coloridas prendas en rojo, azul, amarillo o verde. El monótono vestido marrón de Hermione, confeccionado en su mayor parte con lana finamente hilada e intercalada con algunos paneles de raso, la cofia vieja, sin adornos y bien usada, destacaba como una monstruosidad entre los pavos reales.
En el Gran Salón, la sala del trono del Rey en el vasto castillo de Hampton Court, las damas, los cortesanos y los caballeros estaban reunidos para la fiesta otoñal que señalaba el fin del verano. Las vigas de madera en lo alto casi se perdían en las sombras, aunque las grandes y mágicas lámparas flotantes iluminaban la hermosa sala y a las bellas personas que se mezclaban debajo. En un rincón, tres músicos rasgaban arpas y una cítola, mientras un gaitero tocaba una melodía inquietante y elevada. El Encanto Musical, un invento del Rey, permitía que la música se escuchara para todos, sin importar en qué lugar de la sala se encontraran. Los elfos de la casa balanceaban grandes bandejas de comida y garrafas alrededor, llenando las copas y platos personales de la corte con lo que su corazón deseaba.
Hermione apretó los dientes y dijo -tratando de poner la mayor dulzura posible en su voz-: "Bastante segura, Lady Pansy. Soy una dama".
La belleza de pelo oscuro que tenía delante levantó una ceja altiva, antes de alisar sus faldas de seda amarilla. "Oh, uno podría equivocarse, ya sabe, dada su... ropa. No es adecuada para la corte, al menos. Deberías pedirle a tu padre algo nuevo... oh, espera, eres una huérfana muggle, ¿no?" La pequeña risita de las otras que las rodeaban hizo que Hermione se sonrojara.
Y esta vez, no pudo ocultar el enfado: "Soy una bruja, muchas gracias".
"Oh, sí, lo he oído", dijo Pansy. "Incluso has ido a la escuela, ¿no? ¿Recibiendo una educación? No te has criado en casa como una bruja de verdad. Además... tu sangre es... impura, ¿no es así?"
"Fui criada por muggles, sí", dijo Hermione desafiantemente -dejando de lado el hecho de que era mestiza, porque eso plantearía preguntas, y no estaba segura de si éstas debían ser respondidas-, pero la otra bruja se limitó a hacer una mueca condescendiente, dejándola sola entre las damas de la corte, sin que ninguna de ellas tomara nota de la recién llegada.
Mordiéndose el labio, se sintió perdida. ¿Tenía que ser así? En Hogwarts la habían alabado por sus conocimientos y su inteligencia, y los profesores se habían apresurado a restar importancia a cualquier problema relacionado con la sangre, pero ella sabía muy bien que el mundo exterior funcionaba a otra escala, donde la pureza de sangre y las riquezas eran casi tan importantes como el poder mágico.
Aun así, había esperado con ansias llegar a la corte mágica de Su Majestad Tom Riddle, ver a todos los afamados Caballeros de Walpurgis y a las hermosas damas de la alta nobleza. Sabía que tal vez no era más que un sueño infantil, pero había esperado una corte en la que la nobleza significara algo más que la sangre, en la que la piedad no estuviera emparejada con el desprecio, y en la que la verdadera caballería significara valentía, pureza, esperanza y justicia, pero ahora mismo, parecía que algunas de las damas de la corte carecían gravemente de ese aspecto. Tal vez los caballeros serían mejores... o no.
Hermione buscó la figura de su verdadero padre, a lo lejos en la tarima, el padre que inexplicablemente la había convocado a la corte, que nunca se había fijado en ella, aparte de asegurarse de que estuviera matriculada en Hogwarts. El poderoso rey, el mago más poderoso que existía, que había asumido el trono tras una sangrienta guerra que duró años y años. Tenía decenas de hijos ilegítimos, entre ellos ella misma, más dos herederos legítimos, los gemelos Mordred y Morgana, su madre murió misteriosa y rápidamente después de haber cumplido con su deber de esposa. ¿Por qué la había convocado? Hasta ahora, tampoco se había molestado en saludarla.
ESTÁS LEYENDO
𝕿𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖊 𝖈𝖆𝖇𝖆𝖑𝖑𝖊𝖗𝖔 [𝕾𝖊𝖛𝖒𝖎𝖔𝖓𝖊]
FanfictionSe hizo el silencio, y todos los caballeros -incluso el rey- giraron la cabeza, mirando fijamente al duque de Lancashire. Severus Snape se puso aún más pálido que de costumbre, antes de que un destello de rabia cobrara vida en su rostro normalmente...