Y así es como pasamos los próximos meses; Lucy me hablaba de vez en cuando y la acompañaba para hacer las cosas que siempre había querido hacer y poder tacharlas de su lista. Hasta ahora, habíamos probado distintos lugares de comida por la ciudad que no conocía, hicimos un poco de senderismo hasta que nos cansamos y tuvimos que regresar, nos colamos a una función de cine después de comprar boletos para otra película e incluso metimos comida de contrabando, cosas de ese estilo. Una vez traté de echarle un vistazo a la libreta donde tenía anotada la lista, pero fue muy clara al respecto:
—Lo siento, Will — me dijo con toda la autoridad de la que fue capaz, cerrando la libreta de golpe y guardándola en su bolso —, pero esta lista es sólo para mis ojos. Tú sólo puedes saber las cosas que tengo escritas aquí hasta después de que las hagamos, ni un minuto antes.
Ese comentario no hizo más que aumentar mi curiosidad, pero sabía que sería mala idea insistirle, así que lo dejé así por ahora.
De vez en cuando pasaban varios días seguidos sin escuchar de ella o verla, yo suponía que se iba de aventuras sola, o tal vez estaba con sus otros amigos, pero me preocupaba que también faltara tanto a la escuela. Hoy se cumplían diez días desde la última vez que supe algo de ella (no es que llevara la cuenta), había estado pensando en marcarle, pero no quería molestarla en caso de que quisiera estar sola, o lejos de mí.
A pesar de ser viernes, llegué directo a mi casa después de la escuela, los exámenes parciales estaban a punto de empezar y el trabajo que tenía era mayor que nunca, ya ni siquiera tenía tiempo de jugar videojuegos con Ollie, cosa que no dudaba en reclamarme cada que podía. Yo sólo quería tirarme a mi cama y descansar un poco.
Mi teléfono vibró con el patrón que me indicaba que había recibido un mensaje nuevo.
—Nos vemos a las 10:00 en The Cornerstone, trae tus zapatos de baile — enviado por Lucy a las 3:27 p.m.
Cerré los ojos y solté un suspiro que no sabía que había estado conteniendo, al menos parecía que Lucy estaba bien. Eran las tres y media, lo que significaba que aún tenía bastante tiempo para arreglarme e ir, de todas formas, me hubiera gustado que me dijera desde antes, al menos para poder mentalizarme en salir en lugar de pasarla en mi cuarto durmiendo y estudiando.
Ya podría reclamarle más tarde cuando la viera.
ESTÁS LEYENDO
La lista
RomanceDespués de su primer día en la universidad, Will se encuentra con Lucy, su amiga de la infancia a quien llevaba años sin ver y la que lo invita a acompañarla a completar la lista de cosas que le gustaría hacer antes de morir.