Capítulo 03: Propuesta

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Maldijo por lo bajo cuando, entre medio de sueños y muy a lo lejos, escuchó el sonido constante e irritante de su alarma. Trató de ignorarla, rogando para que pronto dejara de sonar, mientras que escondía lo más que podía la cabeza entre las almohadas para bajar el sonido. Pero nada funcionó, y solo porque le parecía bastante ridículo llorar por no haber descansado lo suficiente, se levantó con coraje por el teléfono. 

— ¡Ya cállate! —le gritó al aparato, con los dientes apretados, hundiéndolo entre las almohadas en vez de apagar la alarma. 

Al darse cuenta del berrinche que estaba haciendo, soltó una risita, mientras que sacaba el teléfono para hacer lo que debería. Tal vez hubiera sido menos ridículo llorar, que intentar apagarlo con almohadas. Evidentemente, el hecho de que no hubiera podido descansar desde hace días, la tenía un poco irritada, tanto que se desquitaba con su celular. 

La sonrisa se le borró cuando desbloqueó el teléfono y lo primero que vio, fue la hora. Casi mediodía, y de no haber sido por la alarma, seguro y estaría todavía durmiendo. Se sorprendió de sí misma, pues nunca dormía tanto, pero sabía que eran semanas acumuladas de no parar. 

Se levantó de nuevo para tomar sus vitaminas, que para eso era la alarma, y al tomar su móvil de nuevo, la sonrisa volvió a ella cuando notó en la barra de notificaciones que tenía un nuevo mensaje. 

Mónica: 

Yo recién despierto de un coma, ¿Tú sigues con vida?

Gloria: 

De no haber sido por la alarma, estaría en coma tres días más.

Mónica: 

Espero que no estés muy cansada, ¿Puedo invitarte a comer. Sería en mi casa. Prometo no sacarte de fiesta ni darte tequila dentro de un buen rato. 

Gloria: 

¡Te lo prohíbo! Tenemos que hacer una cita no muy lejana para volver a vivir lo de ayer. Hace mucho que no la pasaba así de bien. Gracias. 

Mónica: 

Me la pasé igual de bien, gracias a ti. Pero entonces, ¿Comemos?

Gloria: 

No puedo negarte nada, Moni. La única condición es que me cocines tú. 

Mónica: 

¡Así será! Te espero acá, Glow.  

Con eso terminó la conversación de las dos amigas. Y mientras que Gloria se duchaba y comenzaba a prepararse para la salida a comer, Mónica, que ya se encontraba arreglada, se dirigía a la cocina para ponerse a cocinar el platillo con el que tenía en mente recibir a Gloria.

Gloria se miró por última vez al espejo, observándose con detalle y preocupándose de verse bien, antes de salir. Al mismo tiempo que caminaba fuera del hotel, se encargó de enviar un par de mensajes para avisar a dónde iría. Se subió en una camioneta y le indicó al chofer la dirección que anteriormente Mónica se había encargado de darle. 

En el camino, sacó la cámara de su celular para verse. Se sentía muy nerviosa, y esos nervios le provocaban un poco de inseguridad en su apariencia. Tenía que aceptar que era algo vanidosa, pero además de eso, ella sabía perfectamente por qué se sentía así. Mientras se arreglaba, pensaba en Mónica, preguntándose que diría ella al verla. Sintiéndose confusa, trató de relajarse e ignorar aquella "extrañeza" que comenzaba a sentir. 

Amor valiente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora